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Durante la reunión en el palacio presidencial de Turquía, el papa Jorge Bergoglio afirmó que "no se puede confiar siempre en la resolución de los problemas por en la mera respuesta militar" contra el terrorismo en Siria e Irak.

"No se puede permanecer en la indiferencia ante lo que han provocado estas tragedias", añadió y pidió un "gran esfuerzo común" para alcanzar una "paz duradera" basada en la confianza mutua y que se destinen recursos "no a las armas sino a las verdaderas luchas dignas del hombre".

Estas son, recordó, el combate contra "el hambre y la enfermedad, en favor del desarrollo sostenible y la salvaguardia de la creación, y del rescate de tantas formas de pobreza y marginación, que tampoco faltan en el mundo moderno". Además, señaló que en territorio sirio e iraquí "se constata la violación de las leyes humanitarias más básicas contra los presos y grupos étnicos enteros".

Bergoglio denunció, además, que "ha habido y sigue habiendo graves persecuciones contra grupos minoritarios, especialmente -aunque no solo- los cristianos y los jihadíes", y recordó que "miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y su patria para poder salvar su vida y permanecer fieles a sus creencias".

Por su parte, Erdogan afirmó: "Vemos con pena que los prejuicios entre unos y otros están creciendo en el mundo musulmán y cristiano. En Occidente se expanden el racismo, la islamofobia y la discriminación" y opinó que entre él y el Papa "no hay asunto del que pensemos de manera diversa".