Luego de la reunión preliminar a puertas cerradas, los presidentes salieron a la explanada del nuevo edificio y allí la presidenta argentina Cristina Kirchner descubrió el monumento de bronce a Néstor Kirchner.

Al dar la bienvenida a los gobernantes que asisten a la inauguración de la sede de la organización, ubicada en las afueras de Quito, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó "avanzar con más energía que nunca" en las agendas establecidas en el ente regional, y pidió a los mandatarios reunidos una mayor eficacia y eficiencia en la integración regional.

El mandatario dijo que la integración sudamericana "es irreversible" y que la Unasur representa los valores "más altos del humanismo", como son, entre otros, la paz, la soberanía y la construcción del buen vivir. Además destacó que el nuevo edificio sede de la Unasur será un instrumento que ayude a las tareas de la entidad, y por su ubicación, en el paralelo cero, "debe ser el centro, el inicio y el fin" de los trabajos de la Unión.

Antes, Correa recibió junto al secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y al canciller, Ricardo Patiño, a los mandatarios miembros del organismo. Los primeros en llegar fueron los presidentes de Paraguay, Horacio Cartes; de Bolivia, Evo Morales, y de Surinam, Dési Bouterse.

Más tarde llegaron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el primer ministro de Guyana, Sam Hinds. Los mandatarios de Perú, Ollanta Humala; de Uruguay, José Mujica, y la gobernante chilena, Michelle Bachelet, regresaron el jueves a sus países desde la ciudad de Guayaquil, donde se desarrolló la primera parte de actividades en torno a la apertura de la nueva sede de Unasur.

Tras la bienvenida, los gobernantes de Unasur se reunieron en deliberaciones de carácter privado de la cumbre, que tiene como misión inaugurar el edifico sede de la entidad, que hoy empieza sus actividades de coordinación administrativa, política y económica.