A horas de la peor tiroteo en la historia del país, el presidente Barack Obama ofreció un breve discurso desde la Casa Blanca y resumió: "Sabemos lo suficiente para decir que esto fue un acto de terror y de odio". El mandatario sostuvo que el crimen "no puede cambiar lo que somos" y volvió a deslizar críticas sobre la política de tenencias de armas: "Los norteamericanos tenemos que decidir qué tipo de país queremos ser".

La masacre en el club gay Pulse Nigth fue el tiroteo masivo número 173 en lo va del año en Estados Unidos, por la que el mandatario lo señaló como "otra prueba que nos recuerda lo fácil que es para una persona conseguir un arma y atacar en un cine, una escuela o un boliche".

Obama se solidarizó con las víctimas de la masacre, aseguró que "fue un acto de terror y de odio" e informó que el FBI está investigando el tiroteo como un "posible ataque terrorista".