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Decidido a meter una cuña en la política santafesina, el presidente Mauricio Macri volvió a criticar al gobernador socialista, Miguel Lifschitz. “Por ahí se quedaron con el chip de su relación con el kirchnerismo, el gobernador es de los que más le cuesta trabajar en equipo”, sostuvo ayer Macri, reiterando sus cuestionamientos al partido que lidera el diputado Hermes Binner. Ayer mismo, el ex gobernador y titular del PS también se metió en la pelea y le recordó las demoras en el envío de fondos: “Macri debería plantearse por qué no le paga a Santa Fe lo que a todas las provincias”. De esta manera, se profundiza el enfrentamiento entre el PRO y el PS y crecen las contradicciones al interior de la UCR, que comparte a nivel nacional la alianza con el macrismo y a nivel local con el socialismo.

Las declaraciones de ayer de Macri llegan luego de los dichos de Lifschitz del miércoles, quien a su vez le había respondido al Presidente por sus cuestionamientos a su supuesta “falta de colaboración” con la Nación. El gobernador y ex intendente de Rosario rechazó esas acusaciones y replicó que se deben a una cuestión política. “Le molesta la existencia del Frente Progresista”, dijo y agregó que las palabras de Macri fueron “una expresión desafortunada, fuera de la realidad, una de las tantas que viene teniendo el Presidente”.

Lejos de bajar el tono, Macri ayer insistió con su planteo. “El gobierno de la provincia en lugar de querer trabajar en equipo, lo único que escucho cuando habla algún responsable del gobierno es que todas las cosas que les pasan y que tienen que ver con su gestión, hasta un camino rural, es responsabilidad de la Nación”, remató el Presidente.

Ayer llegó la respuesta de Binner: “Descalificar a un gobernador es un hecho disparatado”, afirmó el ex mandatario y señaló que ve a Macri “con muchas improvisaciones”. De todas maneras, consideró que “tiene que tener su tiempo para asentarse en el gobierno”.

“Es una dura realidad que creo tiene que ver con la forma de ver la política que tiene el socialismo. Yo creo en la política en donde cada uno defiende sus ideas y la gente elige, pero al día siguiente hay que trabajar todos juntos porque la gente quiere vivir mejor y no le importa si el gobernador es de un signo, el intendente de otro y el presidente de otro”, sostuvo ayer Macri, pese a que en un informe reciente del ministerio del Interior reveló que las provincias de Cambiemos fueron beneficiadas con el reparto de recursos nacionales. Los cinco distritos gobernados por el oficialismo concentraron el 43 por ciento de los fondos mientras que los 19 restantes recibieron el resto.

Desde el radicalismo, el intendente de Santa Fe y presidente Comité Nacional, José Corral, intentó hacer un equilibrio, con el ojo ya puesto en su pelea por la gobernación en 2019. Colocado en la compleja situación de representar la alianza a nivel nacional con el macrismo y a nivel local con el socialismo, Corral se inclinó por un discurso similar al del PRO, aunque sin confrontar con sus socios locales. “La provincia de Santa Fe fue muy discriminada durante el kirchnerismo. Esta situación nos hizo sufrir mucho. Pienso que hay que aprovechar el nuevo clima político que hay en el país. Para esto, hay que construir relaciones de confianza y aceitar los equipos. Esto es un aprendizaje que tenemos que hacer todos”, señaló Corral en medio de la disputa.