Se cree que las víctimas serían trabajadoras de un sauna que funcionaba en el departamento, pero los voceros policiales no quisieron confirmar ni desmentir el rumor.

La toma se habría iniciado minutos después de las 14, cuando al menos una persona que bajo de una moto irrumpió en el edificio de Montevideo 497 mientras era perseguido por la policía.

Trascendió que momentos antes habría robado junto a un cómplice un negocio y venían escapando.

Lo cierto es que, según testigos, de inmediato llegaron al numerosos policías de las comisarías primera, segunda, tercera junto al grupo GEOF y un equipo especial de crisis.

Una cámara de Crónica TV captó el momento en que un sujeto mostraba desde una ventana a una de las rehenes.

Hasta las 17, la situación de tensión continuaba, mientras avanzaban las negociaciones para que los sujetos depusieran su actitud.

El comisario Rodríguez no quiso precisar si la toma de rehenes se produjo en un sauna, como indican las informaciones, aunque precisó que la mayoría son mujeres, y señaló que "se está tomando conocimiento de los detalles a la medida que pasan los hechos".

No obstante, en internet hay avisos de ese tipo de locales -mencionados como "privados"- que estarían en ese edificio.

También precisó que el mediador está dialogando con los delincuentes, y confirmó que les acercaron gaseosas y comida, según dijeron testigos, a través de una sabana colgada por la ventana en forma de soga.

En diálogo con una emisora radial, el comisario señaló que el juez de instrucción Juan Ramos Padilla se encuentra en la zona de tribunales guiando a los equipos policiales que intervienen.

"La información se está tomando en forma paulatina, porque lo más importante es la vida e integridad física de los rehenes y los delincuentes", señaló.

Aclaró que aún no se sabe el grado de agresividad de los delincuentes y se mostró cauteloso con la información que brindaba porque los sujetos -subrayó- pueden estar siguiendo lo que pasa a través de los medios.

Incluso una vecina del edificio que trabaja a unos pisos de diferencia refirió que sólo escuchó los gritos de un sujeto que pedía la presencia de "la televisión".

Mientras tanto, la policía mantenía cortado en tres niveles de vallado la zona, y se habían desalojado varios edificios y negocios vecinos, incluido un colegio ubicado a pocos metros.