[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El conjunto dirigido por Alfio Basile, certero en los cambios para ganar el partido, se impuso con un tanto del ingresado Javier Mascherano (33m.ST), tras una gran jugada personal de Lionel Messi, también colocado por el entrenador en la etapa final.

Argentina, único equipo que no dejó puntos en el camino en la competencia, será rival de Perú en cuartos de final, el próximo domingo a las 19.50, en la misma sede.

Paraguay deberá viajar hasta Maturín, en el este de Venezuela, para medirse con México, el mismo día pero en el turno previo (17.05).

Sin sus principales figuras (Juan Sebastián Verón, Juan Román Riquelme y Lionel Messi, entre otros), Argentina mantuvo su propuesta habitual: protagonismo a partir de la tenencia de la pelota, paciencia para la circulación y agresividad en todos sus elementos.

Paraguay, en cambio, optó por modificar el esquema preferido de su entrenador Gerardo Martino (3-5-2) y diseñó un dibujo táctico similar al argentino (4-3-1-2) para contener su propuesta ofensiva.

Tras quince minutos de estudio mutuo, el equipo de Basile consiguió fluidez en el juego e inició una serie de alertas sobre el arco de Aldo Bobadilla.

Pablo Aimar, en una versión rápida y sutil similar a las de sus mejores épocas en River Plate, no logró conectar de cabeza la jugada más clara y mejor asociada de la primera parte, a los 16 minutos.

En esa acción, Argentina rotó dos veces el balón de derecha a izquierda con Hugo Ibarra, Fernando Gago, Rodrigo Palacio y Luis González, quien finalmente introdujo la pelota al medio del área para la llegada tardía del jugador del Zaragoza.

Desde entonces, el juego "albiceleste" tuvo un claro predominio en el desarrollo del partido, aunque sin demasiado peligro por la falta de ese "nueve de área" tan deseado por Basile para concretar el fútbol generado en campo rival.

La jugada de Aimar fue un ejemplo elocuente de esa carencia, como también otra ocurrida a los 24 minutos en la que Javier Zanetti, tras combinar con Tevez, envió un centro desde la derecha que Julio César Cáceres despejó antes de la llegada de Palacio.

Los dos delanteros argentinos rotaron en forma constantes sus posiciones en ofensiva. Palacio tuvo mayor tendencia a transitar por las puntas y Tevez, algo desacomodado, a menudo se retrasaba para tomar contacto con la pelota.

La falta de goles en la primera parte provocó que el público de Barquisimeto pidiera por Lionel Messi en dos ocasiones.

Sin caminos allanados para el arco de Bobadilla, Argentina probó con remates de media distancia para quebrar el cero pero tanto Tevez (37m.) como Gago (42m.) desviaron sus remates por centímetros.

Paraguay, con la sensación de controlar a su rival, asumió el rol del contraataque y tuvo dos chances en la parte inicial: la primera con un disparo de Edgar González (20m.), tras buena acción personal de Cuevas y la segunda, nacida de un error de "Lucho" González, con un remate de Cabañas que tapó Abbondanzieri y Dos Santos no pudo concretar en el rebote.

En el arranque del complemento, el seleccionado "albiceleste" repitió el recurso de los disparos externos y en dos ocasiones los postes salvaron a Paraguay ante un tiro de Tevez (5m.) en el palo y otro de Palacio (8m) en el travesaño.

El jugador de West Ham, colocado entre los defensores centrales, aumentó su gravitación en el partido y fue una preocupación constante por su obstinación con el arco rival.

Cumplidos los veinte minutos y ante la imposibilidad de abrir el marcador, Basile apostó fuerte con el ingreso de Lionel Messi y Javier Mascherano, para equilibrar, en su afán de ganar la zona para conservar la sede y evitar los viajes.

La decisión fue perfecta. A los 33 minutos, Messi corrió paralelo a la línea de banda izquierda, eliminó dos rivales y envió un centro que Mascherano, tras un rebote, capturó en la puerta del área y convirtió con un remate bajo contra el palo derecho.

Martino quiso imitar a su colega y ordenó el ingreso de Roque Santa Cruz, uno de los goleadores de la Copa América hasta el comienzo de la tercera jornada, pero no surtió efecto.

Argentina, revitalizada por la entrada del crack de Barcelona de España, controló el juego hasta el final con su mejor arma defensiva: la tenencia de la pelota.

Como garantía secundaria, Basile cambió a Pablo Aimar por el defensor Roberto Ayala y los márgenes para la sorpresa paraguaya se redujeron al mínimo. En efecto, Argentina ganó el grupo, eludió un rival de cuidado como México en cuartos de final y también logró el objetivo de continuar en Barquisimeto.

Fuente: Télam