Según informó en un comunicado el Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA), "en el turno de esta mañana ingresaron a los dos barcos 130 de los 180 empleados que debían hacerlo en ese horario".

Precisaron que el ingreso de los trabajadores se produjo mediante barcazas que los acercaron hasta las salas de juego, para "preservar a los empleados de posibles incidentes con los manifestantes que se encuentran apostados" en las nmediaciones, según explicó el secretario gremial de ALEARA, Ariel Fassione.

Mientras tanto, efectivos de la Prefectura mantenían esta mañana un fuerte operativo de seguridad en torno al casino flotante de Puerto Madero, en esta capital, donde los trabajadores aseguraron que el paro de actividades se cumplía con un acatamiento "del 90 por ciento".

"Sólo un 10 por ciento de trabajadores decidieron ingresar, no hay clientes. Nosotros vamos a seguir manifestándonos pacíficamente", sostuvo Víctor Kivensky, delegado de los empleados, que rechazan los despidos de un centenar de compañeros.

Los trabajadores seguirán con la vigilia por los despedidos, después de los incidentes protagonizados ayer en la reapertura de la casa de juegos, dispuesta por el juez federal Norberto Oyarbide.

"Pasamos la noche con frío, con miedo, para nosotros fue una sorpresa. Estábamos haciendo una medida muy tranquila, muy calma. No entendemos con qué motivo" se produjo la represión, puntualizó, tras lo cual indicó que "tenemos una compañera internada y otra con un golpe en la cabeza".

El delegado se quejó por el operativo de seguridad desplegado por la Prefectura, al asegurar que "es un mini estado de sitio en Puerto Madero", y fustigó que las fuerzas públicas estén "a disposición de Cristóbal López", el empresario que regentea el casino.

"Este conflicto se está dilatando porque hay un interés político y económico importantísimo detrás de esto", concluyó.

Fuente: Télam