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El juez federal Daniel Bejas elevó la causa al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán contra los dos represores por delitos cometidos contra Aguirre, quien estuvo detenida entre mediados de 1976 y marzo de 1977 en el centro clandestino del ex ingenio Nueva Baviera, en el interior de la provincia, a unos 50 kilómetros de esta capital.

A la mujer la fueron a buscar a su casa y la llevaron a distintas reparticiones de ese centro clandestino para interrogarla sobre supuestos guerrilleros. Según su testimonio, durante su cautiverio se le cayó en un momento la venda de los ojos y alcanzó a ver al entonces gobernador de Tucumán que daba las instrucciones sobre la tortura.

También vio al ex comisario de la policía provincial Miguel Angel Moreno, quien era el que le ponía una botella de agua en la boca durante la tortura. En la madrugada del 6 de marzo de 1977 la dejaron en el campo detrás de un montículo de áridos, cerca de Acheral.

Por eso, en esta causa también está imputado el ex comisario, quien por primera vez llega a juicio oral por crímenes ocurridos en la dictadura, e imputado por asociación ilícita agravada y por tormentos.

Bussi ya logró suspender varios procesos judiciales en su contra por su delicado estado de salud, mientras que Menéndez se convirtió en el represor que más condenas acumula hasta la actualidad.