En el sistema automatizado de votación que se utiliza en Venezuela, el elector vota en una máquina que guarda en su memoria cada sufragio para transmitirlos al cierre del proceso a la sala de totalización del CNE, que además imprime un resguardo físico del voto que cada elector deposita en una caja.

Lo normal es que, cuando no hay ninguna impugnación o dudas sobre los resultados, solo se audite el 54 por ciento de las poco más de 39 mil cajas que contienen los comprobantes durante una auditoría inmediatamente posterior a la votación, que es abierta al público y en la que las papeletas son contrastadas con las actas emitidas por cada máquina.

Ahora, el CNE extenderá la auditoría al universo del 46 por ciento restante de las cajas tras recibir una impugnación del excandidato opositor Henrique Capriles a este proceso. "Nosotros consideramos que en 12 mil cajas (que finalmente se abrirán) están los problemas, perfectamente nosotros podemos demostrarle al país la verdad", dijo el derechista.

El gobierno, por su parte, aún no se pronunció sobre la decisión que no altera ni afecta para nada la toma de posesión de Nicolás Maduro a la Presidencia de Venezuela.