Las tres sedes de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) continúan tomadas por los estudiantes, quienes exigen al Gobierno y la universidad que se concluya la construcción del demorado edificio único. Los alumnos mantienen bloqueados los ingresos a la facultad desde el martes a la noche y sólo pudieron dictarse clases públicas. “Hay mucha bronca y no tenemos respuestas concretas”, dijo Martín Bustamante (CEPA-PCR), copresidente de la FUBA y alumno de Sociales. “La toma produce más daños que soluciones a los problemas de la facultad –respondió el decano Federico Schuster, en diálogo con PáginaI12–, lo que no quiere decir que no compartamos el hartazgo y la demanda de soluciones para el problema edilicio y presupuestario.”

Al conflicto particular de Sociales se suma el paro docente de Conadu Histórica –una de las tres federaciones de profesores–, al que en la UBA adhiere el gremio AGD. La huelga comenzó el miércoles y sigue hasta mañana. En ese marco, con reclamos salariales y presupuestarios, anteayer marcharon docentes y estudiantes hasta el Ministerio de Educación. Como parte de esa protesta, los alumnos habían tomado las facultades de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Arquitectura e Ingeniería. Tras la marcha, las ocupaciones se levantaron, excepto en Sociales y Filo. En esta última, hubo clases públicas y muy poca actividad académica, aunque la toma se realiza con carácter simbólico.

“Nos vemos obligados a cursar divididos en tres sedes, hacinados en aulas sin ventilación, tomando apuntes en el piso, sin plan de evacuación ni luces de emergencia, baños en estado desastroso y docentes cobrando por debajo de la canasta familiar y miles de docentes ad honorem”, señala el texto difundido por la asamblea de estudiantes de Sociales para explicar la toma de los edificios ubicados sobre M. T. de Alvear al 2200, Ramos Mejía al 800 y Santiago del Estero al 1000. Por la crisis presupuestaria y de infraestructura, los alumnos responsabilizan al Gobierno (que profundiza “la política de ahogo a la educación pública”, mientras “paga 6700 millones de dólares al Club de París”), a las autoridades de la facultad y de la UBA (se limitan “a administrar la miseria”). Anoche, la asamblea estudiantil decidió prolongar la toma todo el día de hoy.

Hace más de una década que la comunidad de Sociales exige un edificio único. En 2003, la UBA compró una propiedad de casi 25 mil metros cuadrados en Constitución, donde funcionó Terrabusi. Tras una primera etapa de obras y refacciones, se habilitó un sector donde ya se dictan la carrera de Trabajo Social y los posgrados. Este año debían continuar las tareas, con la construcción de aulas en planta baja, subsuelo y los pisos 2º y 3º. Sin embargo, la licitación de las obras está demorada desde abril, cuando la UBA comenzó a analizar la revaluación de los costos involucrados. El trámite volvió en agosto al Ministerio de Planificación, que aporta los fondos de infraestructura. Allí, una nueva demora fue consecuencia de la renuncia de un funcionario que debía firmar el expediente, el subsecretario de Obras Públicas Hugo Rodríguez, en cuyo lugar ya fue designado Abel Fatala. La revaluación sería aprobada en 28 millones de pesos.

“Siempre tuvimos certeza de que el edificio se iba a hacer, pero hemos sufrido un daño por el tiempo perdido”, dijo Schuster, que además pidió más fondos para sostener las sedes actuales en condiciones, en el mismo sentido en que se expresó el consejo directivo de la facultad, tomando distancia, no obstante, de la protesta estudiantil. Una vez que el expediente regrese desde Planificación a la UBA, deberá licitarse la obra. Recién después de ese proceso comenzarán los trabajos, que se estima insumirán entre ocho y doce meses. “Ahora –agregó el decano– esperamos que las obras empiecen este año, para aprovechar los meses de verano.”