Viernes, 5 de septiembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › LEYERON LOS FUNDAMENTOS DE LA CONDENA CONTRA ANTONIO DOMINGO BUSSI Y LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ
El tribunal hizo un llamado para que los represores aportaran datos que permitieran conocer el destino de Vargas Aignasse. Dieron por probada su muerte y la existencia de un plan sistemático de eliminación de personas e impunidad.
Por Ramiro Rearte
Desde Tucumán
En una jornada agotadora, el Tribunal Oral Penal en lo Criminal de Tucumán leyó los fundamentos por los cuales condenó a cadena perpetua a los represores Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez. Los jueces consideraron acreditada la muerte del senador Guillermo Vargas Aignasse debido a “las circunstancias del transcurso del tiempo, por más de 30 años, sin que se hayan tenido noticias de la víctima”. También señalaron que del descargo que pronunció Bussi en el comienzo de la audiencia, “en el que exaltó el rol que le cabía sobre la vida de sus semejantes surge claro que aún sostiene una especie de concepción que lo lleva a confundirse con la divinidad”.
La lectura comenzó pasada las 11 y terminó luego de las 19. Sólo se interrumpió en dos momentos y por el lapso de diez minutos, cuando el juez Gabriel Casas dispuso pasar a un cuarto intermedio. Ni Bussi ni Menéndez estuvieron presentes mientras se leyeron las más de 140 fojas de la sentencia.
“Ha quedado probada la implementación de un plan sistemático que consistía en el secuestro, tortura, detención clandestina y eliminación y ocultamiento de cadáver para lograr impunidad”, dijo el tribunal en el fallo. Los jueces dieron por probado el asesinato de Vargas Aignasse a pesar de que el senador sigue desaparecido. “Las torturas sufridas, el trato a los presos políticos en el penal y la situación de privación de libertad permitieron arribar al grado de certeza necesaria para tener probada su muerte, aunque ningún testigo haya presenciado la ejecución”, señalaron Casas, Carlos Jiménez Montilla y Josefina Curri.
También hicieron un llamado para que Bussi aportara datos que permitieran conocer el destino del senador. “Por los supremos valores religiosos que dice profesar (invocó a la Divina Providencia) sería una forma plausible de mostrar respeto a esos valores que siquiera por vías de trascendidos hicieran saber el lugar donde han ido a parar los restos de Guillermo Vargas Aignasse, ya que eso no sólo contribuiría a la pacificación de los espíritus sino que permitiría su descanso en paz y el recuerdo de sus familiares.”
El tribunal condenó a Bussi y Menéndez por “violación de domicilio, privación ilegítima de libertad agravada, imposición de tormentos agravados, homicidio agravado por alevosía con el concurso premeditado de dos o tres partícipes y con el fin de lograr impunidad”. Los crímenes fueron calificados como delitos de lesa humanidad, pero no se tuvo en cuenta la figura del genocidio.
Los alrededores al edificio del Tribunal Oral quedaron desolados por el fuerte operativo de seguridad montado por Gendarmería Nacional. De esta manera se trató de evitar que se produjeran incidentes como los del jueves pasado, cuando ambos represores fueron condenados. Es más, se tuvo que separar a los partidos políticos, como el Partido Comunista y la Corriente Clasista y Combativa, de los organismos de derechos humanos. Cada sector ingresó por calles adyacentes diferentes. En el interior, la sala estuvo casi desolada. Ni siquiera los medios de comunicación provinciales le dieron importancia a esta última audiencia.
La jornada comenzó con las cuestiones preliminares planteadas por el fiscal general Alfredo Terraf y los defensores Amalina Assaf, por Bussi, y Horacio Guerineau, por Menéndez. En la primera parte de la sentencia los magistrados justificaron por qué dispusieron que se investigara penalmente a los testigos José Víctor Gerez, Carlos Décima, Roque Cabral y Raúl Molina por las supuestas contradicciones en que incurrieron cuando declararon. Gerez y Décima se desempeñaron como guardiacárceles en Villa Urquiza, donde estuvo detenido Vargas Aignasse, mientras que Cabral actuó como juez de Instrucción Militar, cargo en el que contó con Molina como secretario. Todos declararon como testigos durante el juicio oral.
Se prevé que hoy a primera hora se lleve adelante el traslado de Menéndez a Córdoba para cumplir su primera condena. Bussi deberá afrontar otras declaraciones testimoniales frente a los jueces tucumanos mientras cumple arresto en un lujoso country en Yerba Buena.
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