Viernes, 3 de noviembre de 2006 | Hoy
Maldito cigarrillo
Un año atrás le rogaba al ministro de Salud que instituyera la ley 1799, que prohíbe fumar en lugares públicos. Hoy se lo agradezco con el corazón. El miércoles, una lectora se quejaba del mal gusto de colocar frases “innecesarias” en los atados de cigarrillos. Conozco esa oposición. Sufrí esas argumentaciones. Soy hija de un fumador. El maldito cigarrillo se llevó a mi querido viejo hace 14 años. Padecí la convivencia con un fumador: discusiones, repuestas célebres (“de algo hay que morir” o “ya le llevé la manija a unos cuantos”), bronquitis crónicas (especialmente por las mañanas), y lo más angustiante: pánico a perder a tu ser querido. Mi papá falleció a los 64 años (fumaba desde los 14). Terminó con tres paquetes diarios. Nunca hablaba de enfermedad, sino de vicio. Entre rayos y quimios, se escondía para fumar. Luego de su partida, encontramos las huellas de su “delito” (atados con encendedor) detrás de la rueda de auxilio, dentro de cajas vacías de pinturas y mil lugares más. El fumador se siente incomprendido y los que padecemos somos los no fumadores. Nos tratan de egoístas. Se sienten discriminados por no encontrar lugares para fumar. Comparo la actitud de orinar en una piscina. El agua, igual que el aire, no se puede separar. La nicotina es la peor de las adicciones, y como adictos, se sentirán perseguidos y nos tratarán de convencer: “Nada está probado”, “Fulano llegó a los 200 años fumando todos los días”, “Sultano se enfermó sin haber probado un pucho”. El cáncer de pulmón no perdona. “La imagen impactante” de una persona conectada a un respirador es poco comparada con lo que vi padecer a mi padre... Por favor, el cigarrillo no tiene ningún beneficio. Enseñemos a nuestros hijos que es fácil “entrar” a una adicción pero muy difícil, casi imposible, salir.
Adriana Lenardon
DNI Nº 13.131.618
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Las Toninas
En los últimos años, la localidad de Las Toninas agoniza debido a la inacción de los funcionarios de turno con respecto a las problemáticas que se presentan. Falta de iluminación, calles en deplorable estado, bajadas a la playa inexistentes, playas mal cuidadas y sucias durante las temporadas de verano, falta de control en las construcciones y un sinnúmero de etcéteras. Dentro de este marco indignante, participé en los cortes de ruta realizados el verano pasado, y mi esposo realizó gran cantidad de reclamos por luminarias y la construcción de la bajada de playa en la Calle 42 y Costanera. El último fue en el mes de mayo, y una empleada municipal le explicó que se habían realizado algunas bajadas y que ya se haría la bajada de nuestra calle. El fin de semana pasado, con tristeza e indignación, pude observar que no sólo no se realizaron las obras prometidas (la calle 42 entre 1 y 3 sigue sin luz y la bajada de playa sigue destruida), sino que además cinco carros tirados por caballos robaban arena de la playa y se retiraban impunemente por la calle 42. Las playas eran el atractivo principal de Las Toninas. La parte norte de la ciudad ya no tiene médanos ni Costanera, ahora van por lo que queda.
Lorena Arreghini
DNI Nº 21.985.674
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