La estadounidense Venus Williams ganó ayer su quinto Wimbledon utilizando su fuerza para derrotar sin oposición a su hermana Serena en dos sets, por 7-5, 6-4. Venus, séptima en el ranking mundial de la WTA, empleó una hora y 51 minutos para doblegar a su hermana menor, Serena (6), y conquistar el tercer torneo de Grand Slam del año por quinta vez, ya que anteriormente se coronó en 2000, 2001, 2005 y 2007.

Muchos pensaban que la menor de las Williams (27 años en septiembre) era ligeramente favorita. Primero porque es más completa, como Venus reconoció. Después porque su temporada era prometedora, con tres títulos en siete torneos, mientras que su hermana mayor (28 años) no había logrado ninguno. Por último, porque parece que una maldición se cierne sobre la campeona. Aunque ganó su primer duelo en una final de Grand Slam (el US Open 2001), Venus acumulaba cinco derrotas a este nivel, entre 2001 y 2003. Serena le había hecho morder dos veces el césped en su jardín inglés. Pero ayer, Venus acabó con esta maldición.

“No puedo creer que éste sea mi quinto título aquí. Parece imposible cuando uno está en la final contra Serena, sobre todo después de ese primer punto”, indicó Williams, que no escondió la emoción por haber definido el certamen con Serena. “Mi primera tarea es ser la hermana mayor, me lo tomo muy seriamente. Por supuesto, nuestro padre está muy orgulloso”, comentó la mayor, más allá de que su padre, Richard, prefirió no ver el duelo de sus hijas.

Tras un comienzo vacilante, la defensora del título recuperó terreno y dominó a su hermana para recuperar el quiebre inicial y quedarse con el parcial por un ajustado 7-5. Luego, Serena se mostró muy errática y eso favoreció a Venus, que en el segundo set se puso en ventaja por 5-4 y luego quebró el servicio de su hermana menor para quedarse otra vez con toda la gloria sobre el césped del All England Club de Londres. “Ella jugó un poquito mejor hoy. No salió como lo había planeado. Es definitivamente una gran celebración. Ambas estamos muy contentas”, indicó Serena, que todavía manda 9-8 en los enfrentamientos entre ambas.

Venus, nacida el 17 de junio de 1980, conquistó 37 títulos de la WTA, entre ellos siete Grand Slams, los cinco mencionados de Wimbledon más el US Open 2000 y 2001. Serena, nacida el 26 de septiembre de 1981, ganó 31 torneos del circuito, entre ellos ocho Grand Slams: Australia 2003, 2005 y 2007, Roland Garros 2002, Wimbledon 2002 y 2003, y el US Open 1999 y 2002.

Esta final plantea la incógnita de la vuelta del dominio que las hermanas Williams impusieron en el tenis femenino entre 2001 y 2003. Mermadas por continuas lesiones, no estaban a este nivel desde Londres en 2003, aunque cada una enriqueció por su lado su historial (dos Wimbledon para Venus, dos Abiertos de Australia para Serena, en 2005 y 2007).

Después del retiro de Justine Hénin, parecía que el circuito estaría dominado por la ganadora de Roland Garros, Ana Ivanovic, su compatriota Jelena Jankovic o la rusa Maria Sharapova. Pero las tres mejores jugadoras mundiales fracasaron en Londres, dejando solas a las estadounidenses. En Wimbledon, las hermanas Williams han ganado siete de los diez últimos títulos. “Es increíble, especialmente debido a las lesiones que he sufrido. Es una gran recompensa para mí jugar aquí y saber que cada vez que regreso tengo la chance de hacer historia”, remarcó la campeona, ya todo un clásico para el tradicional certamen inglés.