Con una ráfaga de goles y buen fútbol en el segundo tiempo, Vélez goleó 4-0 a Godoy Cruz en un partido que en el primer tiempo había sido muy parejo. La figura de la cancha, Maximiliano Moralez, en dos ocasiones, Joaquín Larrivey y Hernán Rodrigo López redondearon la goleada que le permite ilusionarse al pueblo de Liniers, que ahora piensa en luchar el campeonato.

En el primer tiempo, dentro de cierto equilibrio, Vélez fue ligeramente superior, pero la falta de puntería o decisión en los últimos metros lo privó en ese momento de aumentar el marcador. Razotti y Zapata ganaron constantemente el medio de la cancha y prevalecieron ante un rival que siempre mostró una actitud cautelosa e invitó a atacarlo. No obstante, las chances estuvieron de su lado, porque Caruso fue muy peligroso y Leiva se animó constantemente.

Sin embargo, todo cambiaría en la segunda mitad. Porque luego de un comienzo audaz de los de Diego Cocca, Vélez encontraría la tranquilidad. Porque en dos minutos se encontró con dos goles, uno de López y otro de Moralez, que prácticamente liquidaron el partido.

Godoy Cruz no soportó la idea de haber peleado por un triunfo y sentirse sin chances tras esos minutos fatídicos, y Vélez se dedicó a hacer gozar a su gente. Enseguida López se perdió el tercero y a los 65 el uruguayo apareció por la derecha y, nada egoísta, asistió al medio Moralez para que rematase fuerte entre las piernas del arquero.

Con los tres puntos en el bolsillo, Vélez se lució, aunque no fue demasiado para justificar un resultado que fue demasiado abultado por todo lo que hizo. Sin embargo, tras un tiro libre frontal, Larrivey le pondría la frutilla al postre. Un panorama que entusiasmó a los hinchas de Vélez que se animaron a cantar por el campeonato y aplaudieron hasta el hartazgo a todos los jugadores al término del encuentro.

Por eso todo fue una fiesta para los de Liniers que reaccionaron y supieron levantar un partido que se le había presentado muy parejo. Y por eso fue un castigo para los mendocinos que perdieron un invicto de siete partidos y sufrieron la derrota más abultada desde que ascendieron a Primera.