Un par de chispazos le bastaron a Lanús para quedarse con la punta del campeonato. Porque en poco más de un minuto, con goles de Diego Valeri y Cristian Menéndez, derrotó 2-1 a Colón, que así se quedó sin su invicto. El conjunto dirigido por Luis Zubeldía no disputó un gran partido, pero hizo los méritos necesarios y se transformó en un justo ganador.

Poco y nada ofrecieron ambos equipos durante la primera mitad, en la que se estudiaron demasiado, intentaron cuidar la pelota y jugaron muy lejos de los arcos. Tanto que ni Diego Pozo ni Carlos Bossio tuvieron que esforzarse en un choque, que los tuvo como espectadores de lujo durante grandes lapsos. Porque Colón presionó en el mediocampo y fue el que tuvo las más claras, pero todas ellas remates de larga distancia y sin ningún riesgo. Algo que Lanús intentó copiar y recién lo llevó a cabo en el minuto 39, con un remate cruzado de Valeri.

Quizás el conjunto de Zubeldía sintió demasiado la ausencia de Blanco, el creador natural de esta maquinita que demostró ser Lanús en lo que va del campeonato. Sin embargo, ayer se olvidó por momentos de su esencia y no tuvo un gran juego colectivo. Sólo algunas arremetidas individuales que terminaron diluyéndose bien cerca del área.

Pero Lanús es así. Y tiene con qué. Por eso ninguno se puede descuidar ante un equipo que con un par de chispazos puede liquidar un partido. Como lo hizo ayer, en ese minuto fatídico para Colón, que había empezado mejor en la segunda mitad. Pero aparecieron Valeri –autor del primer tanto–, Lagos –gran asistidor– y Menéndez –que no falló abajo del arco– y la punta volvió a quedar teñida de granate. Así de fácil. Con poco y nada.

El final tuvo un poco de suspenso, tras ese cabezazo de Rivarola, quien aprovechó la mala salida de Bossio, ante un centro que era fácil de controlar. No obstante, Lanús no tuvo que sufrir hasta el pitazo definitivo, sino todo lo contrario: saboreó por casi media hora la punta del campeonato. Y celebró, porque está en lo más alto de la tabla por una semana más.