Boca se despidió del Clausura con un triunfo en Santa Fe frente a Colón por 3-1, tras remontar el 1-0 y con un jugador menos desde los 50 minutos de juego, por la expulsión de Juan Román Riquelme. Germán Rivarola, a los 39 minutos del primer tiempo, anotó el tanto del conjunto local; Martín Palermo, a los 57 y 68 minutos, y Sebastián Battaglia, a los 67, anotaron para la visita.

Ante una hinchada que le brindó un gran recibimiento, el conjunto local tomó la iniciativa y dominó en los tramos iniciales del cotejo a partir del buen trabajo de sus mediocampistas (especialmente de Facundo Bertoglio), que trataron de tener la pelota y darle rápido traslado hacia el Bichi Fuertes o Lucas Acosta, los hombres de punta, que no lucieron como en otras jornadas.

Pero cuando Riquelme tomó contacto con la pelota mejoró un poco el andar de Boca, que presentó un equipo conformado entre los históricos y varios juveniles.

Una vez establecida la puja en la mitad de la cancha, ambos equipos buscaron salir por los laterales, destacándose en ese aspecto la tarea de Alexis Ferrero en el local. Dentro de ese contexto, Colón presionó a Boca y merecidamente se puso en ventaja a través de Germán Rivarola, tras un error grosero de Ibarra y la falta de respuesta de Abbondanzieri.

Lejos de conformarse con la mínima ventaja, Colón fue por más en la segunda etapa y dio la sensación de que podía liquidar el pleito al quedarse Boca con un jugador menos por la expulsión de Riquelme.

Sin embargo, una patriada de Palermo equilibró el tanteador y de allí en adelante todo fue de Boca. Battaglia puso a Boca en ventaja con un cabezazo, tras un corner ejecutado por Colazo, y un minuto más tarde, Palermo sumó otro gol a su gran cosecha, con un disparo al palo izquierdo de Pozo. El 3-1 terminó con las aspiraciones de Colón y le sirvió a Boca para subir posiciones en la tabla y, de paso, arrancarle una sonrisa a Alfio Basile, el futuro DT del equipo.