Cincuenta y cinco años después de haber coronado a Juan Manuel Fangio campeón mundial de Fórmula 1, Mercedes Benz volverá a tener un equipo en la máxima categoría del automovilismo mundial. La firma alemana anunció la compra del 75 por ciento del equipo Brawn, actual campeón mundial de la F-1, y la venta del 40 por ciento de las acciones de la escuadra McLaren, todas las que tiene en su poder. A partir de 2010, Brawn GP pasará a llamarse Mercedes Fórmula 1 (foto) y tendrá como primer piloto a un alemán, Nico Rosberg, ya que el campeón mundial Jenson Button emigrará probablemente a McLaren.

Mercedes Benz, uno de los tres fabricantes que quedaron en la F-1, junto a Fiat (propietaria de Ferrari) y Renault, tras la salida en menos de un año de Honda, BMW y Toyota, pagará por el 45 por ciento de las acciones de Brawn mientras que el consorcio árabe Aabar, el mayor accionista particular de la firma de Stuttgart, aportará el dinero para controlar otro 30 por ciento. Aabar tiene su sede en Abu Dhabi, el emirato árabe que organizó el último Grand Prix de la temporada de 2009 de la F-1. El 25 por ciento restante del equipo quedará en manos de Ross Brawn y sus socios en el equipo que hasta 2008 fue propiedad de la Honda y que este año logró los títulos de pilotos (con Button) y de constructores utilizando los V8 de Mercedes Benz.

Pero llamativamente, el sindicato de trabajadores de la empresa condenó la decisión de involucrar más a la marca en un deporte dispendioso. “La salida de McLaren hubiera sido para Mercedes la gran oportunidad de abandonar el circo de la Fórmula 1, costoso y polémico por sus efectos”, sostuvo el titular del sindicato, Erich Klemm. “No comprendemos en absoluto el hecho de que la directiva aproveche la salida de McLaren para embarcarse en una nueva aventura de Fórmula 1.” El delegado argumentó que “en las fábricas de Mercedes lo piensan dos veces antes de gastar un centavo. Los empleados están soportando pérdidas de ingresos considerables a causa de la reducción de la jornada laboral en la crisis”.