La novela de la renovación del contrato de Juan Román Riquelme con Boca parece estar llegando a su fin. El club le hizo llegar una última propuesta mejorada, respecto de la que le había presentado el viernes, y el astro dará finalmente su consentimiento para continuar vistiendo la casaca auriazul durante otros cuatro años. Las mejoras están relacionadas con la cotización del contrato y otros detalles no menores a los cuales el futbolista había planteado objeciones.

“Vamos a pedir que el club mande por escrito el contrato y al otro día contestarle. Queremos tener la propuesta clara de Boca para contestar. No hay que darle más vueltas”, sostuvo Riquelme el domingo a la noche, en tono conciliador, consciente tanto de la resistencia en algunos círculos de la CD boquense para que el vínculo se restablezca, como del agotamiento de los tiempos de la negociación y el desgaste que ello produjo, inclusive en la opinión pública boquense. “Tengo que hacer lo posible para quedarme en el club”, había señalado.

Según pudo saberse, las objeciones que Riquelme había planteado a la oferta de la semana pasada –“para reírse” la había calificado– tenían que ver tanto con cuestiones económicas como profesionales. El contrato exigía la presencia del jugador en al menos el 90 por ciento de los partidos oficiales, lo que Riquelme consideró un tanto irrespetuosa con su pasado en el club. Esa exigencia ya no figura en la última propuesta.

Otro de los reclamos que esgrimió el futbolista tenía que ver con la manera con la que Boca pretendía recaudar parte del dinero para abonarle el contrato, ofreciéndolo inclusive como imagen para un sponsor importante. El astro rechazó tal posibilidad.

También se rumoreó un presunto conflicto de intereses entre Nike, la empresa que provee de ropa deportiva a Boca, y la que tiene contratado a Riquelme, un conflicto que la oferta de contrato habría pretendido eliminar requiriendo del jugador un gesto.

Mientras Martín Palermo renovó contrato con Boca por un año, con el objetivo de retirarse del fútbol al terminar la temporada, Riquelme, cinco años menor que el goleador, pretendió desde el arranque de la negociación un contrato bastante más largo. Mientras Boca le ofrecía tres años, el futbolista pretendió siempre que fueran cuatro: “Como se juega hoy en el fútbol argentino, yo podría jugar hasta los cuarenta”, afirmó públicamente. Las cuentas cerraron en torno del 1,25 millón de dólares por temporada que Riquelme percibirá, pero en la propuesta del viernes existía una mengua que habría sido solucionada en la nueva versión de la oferta.

Como los clubes del fútbol argentino recaudan en pesos, el contrato establecía una cotización estimada del dólar para el pago. La versión “para reírse” suponía una cotización de 3,80 pesos; la oferta definitiva supone un incremento por encima de los 4,50 pesos.

“Entiendo que no hay fútbol y por eso se les dedica a estos temas tanto espacio –había dicho Riquelme para bajar los decibeles respecto de la polémica por la renovación–. Con (el entrenador boquense Claudio) Borghi no somos amigos, pero no hay problema, fuimos a comer algunas veces.”

Pese a los coqueteos con otros clubes, en el fútbol argentino Riquelme sólo tiene voluntad de jugar para Boca, y aunque mencionó que tanto el Flamengo como el Atlas mexicano continúan esperando una respuesta a los ofrecimientos que le hicieron llegar, parece zanjado el tema de la renovación. Riquelme es, técnicamente, un jugador libre desde el 30 de junio; de todas maneras, no podrá reaparecer antes de la sexta fecha del Apertura 2010, que arranca el próximo 6 de agosto. Sin Maradona en la Selección, quizás hasta contemple un regreso al equipo nacional.