El último campeón del fútbol argentino se quedó sin su goleador: Santiago Silva dejó Vélez para pasar a jugar en la Fiorentina. Así lo confirmó ayer el presidente de la institución de Liniers, Fernando Raffaini, al señalar que el club italiano pagó la cláusula de rescisión del contrato, tasada en dos millones y medio de dólares, y de esa manera, pese a haber arrancado el Apertura con la camiseta velezana, el delantero uruguayo pasará al fútbol europeo.

“Recibimos un fax de la Fiorentina, donde nos informa que hace uso de la cláusula y que se hará cargo de todos los impuestos. El jugador nos comunicó que es una oportunidad única de triunfar en Europa y la quiere aprovechar, así que está todo dicho”, aseguró Raffaini. Con ese panorama, Silva, que había disputado la primera fecha del certamen cuando Vélez igualó sin tantos ante Godoy Cruz, en Mendoza, tenía decidido viajar anoche al Viejo Continente para arreglar los papeles y sellar su vinculación con el equipo italiano.

Si bien tanto Raffaini como el manager del conjunto de Liniers, Christian Bassedas, no están muy contentos con la elección del jugador, lo comprenden. “No depende de nuestra voluntad y no fue por un tema económico, ya que le ofrecimos un contrato muy importante, fue simplemente una decisión del futbolista”, remarcó el presidente. Por su parte, Bassedas resaltó: “Lo ideal hubiese sido que continuara con nosotros, pero Silva nos dijo que tenía muchas ganas de volver a Europa y no hay que cortarle la carrera”.

El manager puso en consideración que, más allá de aceptar la salida del delantero, la dirigencia “está muy dolida porque se va un pilar del plantel”. El que también se sorprendió por lo sucedido fue el técnico Ricardo Gareca. Y mostró su fastidio por la abrupta partida del goleador uruguayo, al punto que en conferencia de prensa de ayer señaló: “Hay incertidumbre sobre lo que voy a tener a disposición”.

Por lo pronto, Silva buscará una nueva oportunidad del otro lado del océano Atlántico, pues ya había jugado entre 2003 y 2005 en el Energie Cottbus de Alemania y el Beira Mar de Portugal, pero con poca continuidad. El atacante se convirtió en el tercer futbolista que partió a la liga italiana desde que Vélez salió campeón, pues ya se había vendido a Ricardo Alvarez a Inter, y Maximiliano Moralez, por la misma vía que Silva al pagarse la cláusula de rescisión –ocho millones de dólares–, pasó a Atalanta.