Domingo, 2 de junio de 2013 | Hoy
DEPORTES › INDEPENDIENTE APENAS EMPATO 0-0 CON ESTUDIANTES EN AVELLANEDA
El conjunto de Brindisi retrocedió un casillero en su lucha por no descender, ya que no emparejó a Argentinos y si Quilmes gana un partido más no lo podrá alcanzar. Si San Martín derrota mañana a Tigre en Victoria lo superará en la tabla de los promedios.
Por Daniel Guiñazú
La marcha silenciosa y cabizbaja de los miles de hinchas de Independiente de regreso a sus casas dio la pauta del daño que les provocó el 0-0 ante Estudiantes. Ningún cálculo de permanencia en Primera cierra si no se puede ganar de local. Y aunque Argentinos ahora está apenas a dos puntos de distancia (130 a 128) quedando nueve por jugar, el pesimismo vuelve a sobrevolar la mitad roja de Avellaneda. El empate de ayer cobraría algún valor si esta noche River derrotara al equipo de La Paternal. Pero hay dos datos que irritan la piel escaldada de Independiente: 1) Quilmes se le hará
inalcanzable si obtuviera sólo 3 de los 9 puntos que restan y 2) San Martín de San Juan lo superará en el promedio si el lunes venciera a Tigre en Victoria.
Más allá de las dudas (o las certezas) que dejó la derrota del viernes de Racing ante Quilmes, el empate de ayer puso algo en claro: jugando así, Independiente sufrirá hasta último momento para saber si se queda o se va. El partido en sí no le hizo concesiones a la esperanza. El equipo de Miguel Brindisi estuvo impreciso y sin ideas en el manejo de la pelota. En consecuencia, le faltaron generación de fútbol y llegadas. El colombiano Caicedo arrancó como único delantero de punta, respaldado desde atrás por Montenegro y por los juveniles Monserrat y Trejo desde los costados. Y como lo buscaron con pelotazos que lo tomaron demasiado solo y de espaldas, de regreso para la segunda etapa, Brindisi le puso a Adrián Fernández por Monserrat tratando de acompañarlo. Pero no hubo caso.
Independiente siguió sin poder fabricarle situaciones claras de riesgo a un Estudiantes ordenado, pero sin potencia arriba. Un derechazo infernal de Montenegro desde afuera del área que estalló en el travesaño a los 2 minutos de etapa final fue su mejor momento de ataque. Antes y después, remates aislados de media y larga distancia y algún tiro libre al borde del área que le permitió lucirse al seguro arquero platense Gerónimo Rulli fueron las señales de impotencia que dio un equipo rojo al que siempre el trámite pareció quedarle incómodo.
Ni siquiera las movidas que intentó Brindisi alcanzaron a sacudir la languidez roja. La sociedad de Caicedo con Adrián Fernández no rindió dividendos y cuando otro chico, Eloy Rodríguez ingresó por el colombiano, igual Independiente siguió viéndolo de lejos a Rulli. También entró Fredes por Godoy para tratar de darle al equipo algo del volumen de juego que jamás tuvo, pero nada dio resultado.
Estudiantes mostró problemas similares. El colombiano Duvan Zapata también estuvo desasistido arriba, más allá de los esfuerzos de Maxi Núñez y Carlos Auzqui para abastecerlo por los costados. Dos centros de Núñez que Zapata y Gelabert cabecearon afuera desde buena posición fueron sus únicas aproximaciones de la tarde. Al final, terminó apostándole al empate. Un empate que Independiente tomó como un mal presagio a tres pasos del infierno.
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