A diez días de la fecha tope para presentar las alianzas electorales y a veinte del cierre de listas, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, descartó una vez más la posibilidad de abandonar el Frente para la Victoria, como le reclaman algunos sectores de su armado político. En sus primeras declaraciones a 48 horas de que Cristina Fernández de Kirchner le diera, sin nombrarlo, una dura reprimenda pública por “especular” y “no dar la cara”, el ex motonauta mantuvo a rajatablas su discurso: habló de “espíritu de colaboración, no de confrontación” y de “pacificar y unir” para minimizar sus diferencias con la Casa Rosada.

Sin embargo, algunos dirigentes encolumnados con él y que ofician de enlace con el peronismo disidente, como el ex intendente de Avellaneda Baldomero “Cacho” Alvarez, fueron más duros con el gobierno nacional. Cerca de la Presidenta, en cambio, prefieren no insistir con el tema: “Todo lo que había que decir lo dijo Cristina”, conceden.

“Sé que había mucha expectativa con respecto a mi presencia hoy aquí por distintos motivos y para ver qué decisiones, qué definiciones, qué iba a romper”, arrancó Scioli un diálogo con la prensa en Tandil, adonde había viajado para inaugurar una nueva comisaría. “Yo voy a buscar lo que busco desde mi primer día de gestión: romper con las injusticias, con las cocinas de paco, con las mafias de los de-sarmaderos, seguir dando esta lucha sin tregua contra la inseguridad”, completó.

Las declaraciones del gobernador toman relevancia en relación con lo que sucedió el jueves en Lomas de Zamora, donde Fernández de Kirchner dio un duro discurso que lo tuvo como incómodo testigo. “Siempre es más cómodo quedar bien con todos y no decir nada. Imagínense este tipo de dirigentes frente a corporaciones como las que ya sabemos, el Fondo Monetario, trabajando por los trabajadores o los jubilados, olvídense”, había dicho la Presidenta.

“Soy argentina y cuando hay otro argentino que sufre ahí voy a a estar siempre, sin borrarme, sin mirar para otro lado, defendiendo a la gente, pese que a mí no me defiendan algunos dirigentes y que cuando dicen las cosas de mí o de mi compañero miran para otro lado”, insistió, ante la mirada de Scioli sentado sobre el escenario. “Cuídense mucho de esos a los que parece ser que nada los toca ni nada les llega, porque la verdad es que hay que tener mucho coraje para enfrentar tamaños intereses”, concluyó CFK.

Sin embargo, Scioli una vez más decidió hacer caso omiso a las críticas e insistir con su discurso conciliador y ratificar su pertenencia a la coalición oficialista. “Esperen de mí la misma vocación de servicio, la misma responsabilidad, porque tengo 16 millones de jefes que son ustedes, los que me renovaron la confianza allá por el 2011 para que sigamos adelante trabajando de esta manera”, completó.

No todos dentro del armado político del gobernador están contentos con que, a veinte días del cierre de listas, Scioli no dé señales de concretar la ruptura largamente deseada. Es el caso de Cacho Alvarez, dirigente de La Juan Domingo, agrupación nacida en el seno del sciolismo pero que ya rompió con el Frente para la Victoria y ahora revista en las filas de Francisco de Narváez.

“Los argentinos no votaron a la Presidenta para que se sienta con el derecho de castigar a un gobernador que tanto puso al servicio de la patria”, opinó el ex funcionario del gabinete provincial. “Nosotros tenemos una historia y una militancia que hace que nos sintamos absolutamente peronistas, pero creemos que es tiempo de cambios, porque lo que no podemos ser es aplaudidores, obsecuentes y alcahuetes”, remató. En el entorno del gobernador relativizan la relevancia de esas manifestaciones: “Baldomero está cada vez más solo”, aseguran.

Por su parte, en la Casa Rosada prefieren dar por terminado el entredicho. Luego del discurso en Lomas de Zamora, hubo algunos rebotes: el diputado Carlos Kunkel pidió a Scioli y al intendente de Tigre, Sergio Ma-ssa, que apoyen abiertamente a la Presidenta mientras que la flamante jefa de bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja, Juliana Di Tullio, sostuvo que aunque el ex motonauta “no es el único destinatario” de las diatribas de CFK, él y otros dirigentes dizque oficialistas deberían tener “actitudes concretas” para “bancar los trapos” al gobierno nacional. Sin embargo ayer habían acabado las réplicas. “Es que resultaba redundante –explicaban en la Casa Rosada–. Después de lo que dijo Cristina no queda mucho para agregar. Todo lo que había que decir al respecto ya lo dijo ella.”