El partido que Vélez y All Boys empataban 0-0 fue suspendido por el árbitro Pablo Díaz a los 26 minutos del primer tiempo por incidentes entre hinchas visitantes y la policía. Después de esperar 20 minutos, el árbitro suspendió definitivamente el partido por “falta de garantías” por parte de la policía a cargo del operativo de seguridad en el estadio de Liniers.

Los problemas, según versiones de la dirigencia de All Boys, se iniciaron cuando algunos hinchas de All Boys que tenían entrada general quisieron pasar a la zona de plateas por falta de espacio en el sector asignado. La policía impidió la mudanza y se generó entonces un cruce dentro y debajo de la tribuna de la calle Reservistas Argentinos, al que la barra brava de All Boys acudió en defensa de los hinchas, para después romper una parte del alambrado para invadir el campo de juego, lo que generó la interrupción del partido.

En ese momento, la hinchada de Vélez intentó pasar de la cabecera local hasta el lugar de los disturbios por el corredor interno de la platea Sur y la policía lanzó gases lacrimógenos para impedirlo. Así, ya con el presidente de All Boys, Roberto Bugallo, en la tribuna visitante para intentar calmar los ánimos, el árbitro no tuvo más alternativa que suspender el partido por “faltas de garantías” por parte de la policía.