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Ninguna victoria o título hará olvidar la herida del 7-1 ante Alemania en el último Mundial, pero Brasil comienza en la Copa América ante Perú un proceso de cicatrización que sólo se completará con triunfos. El conjunto pentacampeón del mundo es una incógnita en el primer torneo después del Mineirazo. Llega a Chile en pleno proceso de reconstrucción de la mano de Dunga, el cual consiguió diez triunfos en los diez amistosos que lleva en su segunda era, puesto que ya dirigió al equipo de 2007 a 2010.

“Los buenos resultados son importantes, porque elevan la autoconfianza del grupo”, afirmó el técnico, despreocupado del escepticismo que suscitó su nueva designación. El arquero Jefferson, los defensores Miranda y Marquinhos, los volantes Philippe Coutinho y Elías, junto a los delanteros Roberto Firmino y Diego Tardelli son las principales caras nuevas de un equipo que contará con el aporte de los experimentados Robinho y Dani Alves, quien reemplazó a última hora al lesionado Danilo.

Neymar es la estrella del equipo y también el capitán, ya que el técnico le entregó la cinta tras quitársela a Thiago Silva, ahora suplente. Sólo siete jugadores de mundialistas integran el plantel. El equipo utilizará un 4-2-3-1 y la única duda pasa por Tardelli o Firmino como delantero.

Enfrente estará Perú, en el cual Ricardo Gareca hará su presentación oficial. A diferencia del entrenador brasileño, el argentino, ex Vélez y Palmeiras, volvió a confiar en los veteranos que estaban relegados. Claudio Pizarro, Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y Juan Vargas buscarán liderar al equipo en este certamen y en las próximas Eliminatorias, ya que el conjunto peruano no acude a una cita mundialista desde 1982. “Brasil es el favorito para ganar la Copa, pero tenemos que demostrar que somos un equipo que está hambriento de triunfos”, dijo Guerrero.