Domingo, 8 de mayo de 2016 | Hoy
DEPORTES › SAN LORENZO JUGO MEJOR Y LE GANO POR 2-1 EL CLASICO EN EL NUEVO GASOMETRO
Con dos goles del delantero, que fue la figura, y buenas actuaciones de Belluschi, Buffarini y Cerutti, el equipo de Guede se llevó la victoria que lo mantiene en la lucha con Godoy Cruz por la punta de la Zona 1 del torneo local.
Por Daniel Guiñazú
Fue una tarde con las emociones siempre en alto. Arrancó con la entrega a Estela de Carlotto de una camiseta de San Lorenzo reclamando Memoria, Verdad y Justicia a propósito de los 40 Años de las Abuelas de Plaza de Mayo (foto). Y terminó con la euforia desatada de la multitud azulgrana que celebró el 2-1 sobre River como lo que verdaderamente fue: un nuevo e importante paso al frente en la carrera por llegar dentro de tres semanas a la gran final por el título. Con 30 puntos, San Lorenzo igualó la línea de Godoy Cruz en el primer puesto. Pero los mendocinos tienen una gran ventaja: la diferencia de gol los beneficia ampliamente (14 a 5) a dos fechas del cierre.
Más ordenado que otras veces y sin experimentos raros en la formación inicial, San Lorenzo consumió menos de una hora (53 minutos en verdad) en construir una victoria inobjetable. Rápido, armónico y pulcro en el trato de la pelota, acaso en la tarea sobresaliente del tándem que Buffarini, Belluschi y Cerutti armaron por la banda derecha estuvo una de las claves de tamaña superioridad. Belluschi abasteció con criterio las subidas del lateral y los piques del puntero. Y la cancha se inclinó decisivamente hacia allí. Por ese costado se prepararon las tres primeras llegadas sanlorencistas en el primer tiempo. Y llegó, ya en el complemento, el segundo gol de Blandi luego de un buen pase de Belluschi que Blanco dejó pasar de largo para la definición del goleador. Curiosamente, el primero se concibió por el otro lado, tras un buena combinación entre Blanco y Ortigoza (otros dos que anduvieron bien) y un centro de Mas que Blandi resolvió cruzado al segundo palo.
Si San Lorenzo mostró porte de candidato durante grandes tramos del partido, River casi siempre fue un alma en pena. Como si se hubiera agotado en la noche de la eliminación copera ante los ecuatorianos de Independiente del Valle, ayer no tuvo moral ni juego como para huir de la derrota. Para colmo, D’Alessandro salió lesionado a los 18 minutos de la primera etapa. Con lo cual, la falta de generación de juego y la sobreabundancia de pelotazos para Alario y Alonso treparon a límites intolerables. El balón pasó por los pies de Ponzio mucho más de lo necesario. Por eso, la claridad y la profundidad fueron bienes que le escasearon al demacrado cuadro que pilotea Marcelo Gallardo.
Un zurdazo cruzado de Ignacio Fernández que dio en el poste izquierdo luego de una mala salida del arquero Torrico y una pelota que el mismo Torrico le tapó más tarde a Lucho González (el reemplazante de D’Alessandro) fueron en el primer tiempo, las únicas situaciones que River fue capaz de fabricarle a San Lorenzo. Después fue un equipo a contramano del juego que aún así, en medio de su mediocridad e impotencia, tuvo un golpe de suerte: con el 2-0 asegurado, el Ciclón aquietó su intensidad. Si se lo hubiera propuesto, habría goleado a un River que otra vez fue un dibujo desmejorado de sí mismo.
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