Por primera vez en seis ediciones, el ATP de Buenos Aires no tendrá un representante argentino en la definición. La novedad quedó consumada cuando Agustín Calleri no pudo cristalizar la levantada que evidenciaba y cayó 6-3, 6-4 con el italiano Filippo Volandri, que se convirtió en el sorpresivo finalista. Para consuelo del público local, su rival, a partir de las 14, será el español Carlos Moyá, sin dudas el extranjero preferido de la gente, que se recuperó de un comienzo desfavorable y eliminó 3-6, 7-6, 6-4 a su compatriota Juan Carlos Ferrero.

Durante toda la semana quedó marcada la ausencia de protagonismo de los tenistas argentinos, a partir de las ausencias de los principales jugadores. Sólo dos en cuartos de final –Calleri y José Acasuso– y el cordobés como único sobreviviente en semifinales así lo marcaban. Y la tendencia se terminó de confirmar ayer, cuando Calleri no logró repetir la final de 2002 y cayó en un encuentro en el que dejó la sensación de haber podido entregar algo más. “Después del partido contra Acasuso estaba muy bien, pero hoy sentí una molestia en el aductor derecho. Por más que entré bien en calor, con el correr de los games la molestia se agrandó y eso me quitó movilidad como para seguirle el ritmo a un jugador como Volandri”, explicó Calleri.

Más allá de eso, el riocuartense lució muy impreciso en el primer set y permitió que Volandri, que aseguró que jugó el mejor tenis de toda la semana, impusiera las condiciones gracias a su revés. Un quiebre en el cuarto game y conservar su servicio, le posibilitaron al italiano quedarse con el parcial. Los problemas del argentino, sobre todo con su revés paralelo, se potenciaron en el arranque del segundo y muy rápido quedó 25, con el saque de su rival. Parecía que todo terminaba. Sin embargo, Calleri encontró ánimo en algunas discusiones con el umpire y en el aliento del público para colocarse 4-5. Allí, por la cabeza de las 5 mil personas presentes pasó el recuerdo de aquella final perdida ante Nicolás Massú, cuando dilapidó un partido que tenía ganado. Estaba todo para la historia inversa.

Es que Calleri por fin encontró la potencia de sus golpes, al tiempo que Volandri ya no estaba tan sólido y no aprovechaba los match points de que disponía. Perdió el primero, no pudo con el segundo, falló en el tercero, dejó pasar el cuarto... Pero en el quinto, el revés de Calleri se fue ancho, y con él todas las ilusiones de consumar la revancha. “Ahí tiré el resto, sabía que era muy difícil, pero él no me dio chances de quiebre en el último game. Fue una pena”, señaló el cordobés, que igualmente se mostró muy conforme con su rendimiento a lo largo de la semana. “Lo importante es que durante este torneo levanté el nivel con relación a semanas anteriores. Jugué en mi mejor nivel en lo que va de la temporada. Di un paso adelante y me voy conforme, más allá de no haber llegado a la final”, explicó el argentino, que no llegaba a una instancia importante desde julio pasado, cuando perdió la final de Amersfoort con el chileno Fernando González.

El rival de Volandri, que buscará el segundo título en la sexta final de su carrera, será Moyá, que nuevamente mostró un amor propio envidiable para ganarle a Ferrero un partido que estaba casi perdido. Es que en el duelo de los ex número uno del mundo y ex ganadores de Roland Garros, el valenciano se había quedado con el primer set y se imponía 4-3 en el segundo, con su servicio. Sin embargo, Moyá se la jugó, le devolvió el quiebre en el siguiente juego y forzó el tie break. “Cuando te ves perdido, sueltas un poco más el brazo y juegas más fuerte, ya que tienes claro que lo que has hecho hasta ese momento no funciona”, indicó el mallorquí, que mantuvo su agresividad en el último set para llegar por cuarta vez a una final en Buenos Aires. Y ante Volandri, buscará el 19º título de su trayectoria. En el mano a mano, el español se impone 4-1, aunque el italiano relativizó el historial: “En una final no cuentan los antecedentes”.