Entre Carlos Moyá y el público argentino hay un romance especial. Salvo que se enfrente a un jugador local –y a veces, ni siquiera–, el español se transforma en el preferido de la gente que colma el Buenos Aires cada vez que juega, y ante Juan Carlos Ferrero, no fue la excepción. “Qué público, es increíble”, exclamó Moyá, que admitió que en la levantada de ayer influyó mucho el aliento de los hinchas. “La gente se porta fenomenal conmigo y quiero agradecer por el apoyo que me dio cuando estaba en el peor momento”, comentó el ex número uno del mundo. Lo concreto es que el romance es mutuo, ya que Moyá se siente muy cómodo aquí, donde accedió a la final en cuatro de las cinco ocasiones que estuvo. En 1995, cuando se jugaba el Topper Southamerican Open, le ganó la definición a Félix Mantilla, en lo que fue su primer torneo profesional. En 2003, festejó el título con una victoria sobre Guillermo Coria, con quien perdió la final al año siguiente. Tras caer con Mariano Puerta en cuartos de final en la edición pasada, ahora repite su buena costumbre ante Volandri, con la intención de festejar su 19º título, el tercero en Argentina, y extender su record en el court central del Buenos Aires a 21-2. “Vengan todos”, pidió, y seguro le harán caso.