DEPORTES › LA VICTORIA DE BRASIL Y SU CLASIFICACION ALEGRO AL PAIS VECINO
Hasta Lula y Cardoso quedaron de acuerdo
El presidente y el principal candidato a la presidencia del país hermano celebraron el triunfo con algún mensaje político. Ronaldo le dedicó el gol de puntín a su amigo Romario, mientras que en San Pablo paraba la Bolsa para ver el partido. Cafú está a punto de marcar un record histórico y los turcos creen que Alemania no es rival para los sudamericanos.
¿Qué es lo único que puede poner de acuerdo a Fernando Henrique Cardoso, el presidente de Brasil, y a Luiz Inácio “Lula” Da Silva, el principal candidato a quedarse con la presidencia en las elecciones presidenciales de octubre en el país vecino? La satisfacción por la victoria de la selección de Brasil y su clasificación a la final de la Copa del Mundo, por séptima vez en 17 ediciones. “Valió. Para nosotros fue importante, pese al gol sufrido de Ronaldo, con la punta del botín”, opinó Lula, que vio el encuentro en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, ciudad del cinturón industrial de San Pablo. “Sufrimos como todo el mundo sufre a la hora del partido, pero fue bonito”, señaló Cardoso, que siguió el encuentro desde el Palacio Presidencial.
En un día en el que la alegría deportiva disimuló las urgencias económicas (ver aparte), ambos dirigentes se hicieron su tiempo para ver el encuentro y opinar luego, sin olvidarse de deslizar mensajes políticos. “Ronaldo hizo lo que tenía que hacer y hoy es un día de gran satisfacción –señaló Cardoso–. Cuando hay garra y voluntad, no hay quien pare a Brasil. Nadie lo va a hacer.” Lula se atrevió a realizar una comparación irónica entre el entrenador del scratch, Luiz Felipe Scolari, y el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán. “Scolari recuperó los fundamentos del fútbol desde el cotejo contra Inglaterra. Pero Malán no recuperó los fundamentos de la economía”, señaló. Cardoso cree, inclusive, que el éxito continuado puede hacerle un favor. “Si el domingo vencemos 1 a 0 a Alemania, sería fabuloso”, sentenció.
Pero el gran triunfador de la jornada fue Ronaldo, autor del único gol con que Brasil venció a los turcos. “Después de todo lo que he sufrido, me siento muy feliz de poder marcar goles, de correr, de jugar al fútbol. La pesadilla ha quedado atrás”, dijo el goleador, que pasó casi dos años sin jugar a causa de una lesión.
Ronaldo agregó que su gol de puntín “es el tipo de gol que Romario marcaría, pero yo no lo aprendí de nadie. Es un amigo y por eso me acuerdo de él”, señaló.
“En el primer tiempo, Turquía se cerró muy bien. Es un buen equipo y merecía estar en semifinales”, admitió el delantero. “Afortunadamente pude aprovechar en el segundo tiempo la única oportunidad que tuve y así logramos lo que queríamos, que era alcanzar la final. Pero ahora lo que deseamos es conquistar el título”, aclaró.
“Hicimos un gran partido –opinó Rivaldo– ante un rival que dio la cara. No es cuestión de decir que ha sido nuestro mejor partido sino que se mantiene el buen nivel para afrontar con mayor ambición la final. Porque las finales no se pueden perder.” Sin Ronaldinho en la cancha, una vez que Ronaldo fue reemplazado, la estrella no tuvo compañero para jugar hasta que Scolari hizo ingresar a Denílson. “Se ha cumplido el objetivo y ahora queda lo más importante de todo –dijo el volante–. Hay que ganar esta final por nosotros y por todo el pueblo brasileño, que se merece unas cuantas alegrías”, aseguró.
“Esperábamos una victoria por más goles, pero no fue así. Sabíamos que ellos serían una fuerte oposición. Jugaron diferente, especialmente en el mediocampo y el ataque. Tuvieron muchas oportunidades”, opinó el técnico Scolari. En Brasil, sus colegas vieron de distinta manera la actuación del equipo, la mejor en lo que va de la Copa del Mundo.
“Nuestra mayor ventaja es el poder de creación y por eso creo en la victoria”, dijo Carlos Alberto Parreira, quien dirigió a Brasil en el Mundial de 1994. “Es bueno recordar que ellos (los alemanes) sólo han recibido un gol en la Copa. Será una prueba del talento individual contra la fuerza colectiva alemana”, añadió Parreira.
“Pecamos en los remates y casi pagamos caro por eso. El partido pudo decidirse poco después del gol de Ronaldo, con varias oportunidades sucesivas que fueron desperdiciadas”, subrayó Emerson Leao, antecesor de Solari en el cargo de entrenador de la selección.
“Brasil pudo haber hecho dos, tres goles, sin problemas, hasta con cierta facilidad. No había posibilidad de que ellos (los jugadores turcos) empatasen”, dijo Wanderley Luxemburgo, el entrenador al que sustituyó Leao.