Domingo, 16 de julio de 2006 | Hoy
DEPORTES › EL ARBITRO HORACIO ELIZONDO EXPLICO SUS SENSACIONES DURANTE EL DESARROLLO DEL MUNDIAL DE ALEMANIA
En una extensa charla, el argentino destacó que la clave de su gran actuación en el torneo fue “la concentración en todos los encuentros”. Además, se mostró sorprendido por diferencias físicas entre los futbolistas que juegan en Argentina y los del exterior. El que más lo impresionó fue el italiano Fabio Cannavaro.
“Intenté disfrutar al máximo la posibilidad que me dieron y creo que eso me permitió mantener la concentración en todos los encuentros que dirigí”, le comentó Horacio Elizondo a Página/12 al ser consultado sobre cuáles habían sido los factores que habían influido para exhibir un nivel tan alto durante el Mundial. A lo largo de la entrevista, el juez internacional aceptó analizar el fútbol que se pudo apreciar a lo largo del certamen, intentar encontrar un punto de comparación con el que se ve cada domingo en nuestro país y comentar cuál es su opinión respecto del nivel actual del arbitraje local e internacional, entre otros temas.
–¿Cuál fue la sensación que tuvo el día de la eliminación de la Selección sabiendo que, a partir de ese momento, usted quizá tendría mayores chances de seguir dirigiendo hasta la final del torneo?
–Mi cabeza estaba puesta estrictamente en lo arbitral, intentando hacer bien las cosas y sin saber o tener en cuenta hasta qué instancia podía llegar. La idea de toda la terna era cumplir y ese objetivo nos extrapoló, nos hizo más objetivos respecto a la Selección, independiente de los resultados que obtenía. De todos modos, el día que Argentina fue eliminada experimentamos una tristeza enorme. Nos dirigíamos a cenar, un grupo de alemanes nos reconoció y nos hizo sentir en carne propia la derrota. Ese fue el único momento en que nos dimos cuenta de que, más allá del arbitraje, éramos también hinchas de la Selección.
–Los últimos entrenadores de la Selección privilegiaron la convocatoria de jugadores que actúan en el exterior argumentando que poseen una mejor preparación física respecto de los que se desempeñan en el ámbito local. ¿Percibió esa diferencia durante el Mundial?
–Sí. En realidad, entre los futbolistas internacionales y los que juegan en Argentina no existe una gran diferencia entre las condiciones técnicas que poseen unos y otros. Pero en el aspecto físico sí hay diferencias y en la velocidad del juego también. El fútbol local es mucho más lento y se desarrolla en la mitad del campo porque los entrenadores entienden que ganando ese sector van a sacar diferencias sobre el rival. En muchos partidos del Mundial se pudo observar lo contrario, que el centro del campo era un sector de tránsito rápido. De todos modos, el fútbol que se ve en los mundiales es diferente. Están los mejores jugadores del mundo y los equipos saben que deben jugar al ataque si quieren clasificarse.
–¿Cuál fue el equipo que más le gustó en este Mundial y qué le pareció la producción de Argentina?
–Por mi condición de árbitro, creo que no corresponde dar una respuesta a ambas respuestas.
–Y a nivel jugadores, ¿hubo alguno que lo impresionó?
–Fabio Cannavaro me sorprendió gratamente por su enorme capacidad técnica, física, aeróbica, estratégica. También por su predisposición y actitud para disfrutar lo que estaba haciendo. Cuando me tocó dirigirlo en la final, volví a percibir esa misma actitud. Mido 1,83 y supongo que Cannavaro me llegaba a la altura de las orejas. Sin embargo, a la hora de saltar doblegaba en altura a delanteros mucho más altos que él.
–¿Quiénes fueron los jugadores que lo decepcionaron o que jugaron por debajo de sus posibilidades?
–Aquí el error es creer que sólo existen fracasos individuales y no grupales. Un bajo rendimiento individual se tiene que medir también por el cansancio del jugador, y la presión psicológica que puede llegar tener el futbolista, entre otros factores.
–¿La presión que puede sufrir cualquier ser humano al saber que está siendo observado por millones de personas representa una excusa válida para justificar los errores arbitrales groseros que hubo en el certamen?
–Se sobreentiende que los errores son a partir de nuestra condición humana. Si bien para un Mundial se entiende que se convocan a los mejores árbitros del mundo, nadie está exento de cometer errores. Más allá de algunos fallos puntuales, considero que el nivel fue muy superior al que se vio en Corea-Japón 2002. Pero indudablemente se puede mejorar aún mucho más.
–¿Conoce algún proyecto que esté analizando la FIFA en ese sentido?
–(Joseph) Blatter ya comentó que existe un proyecto para que los árbitros internacionales tengan una dedicación full time a partir de 2007. Que los jueces y asistentes tuvieran la chance de tener que pensar únicamente cómo perfeccionar sus cualidades sería un avance muy importante. Si se concreta esta iniciativa, creo que es posible ver un mejor arbitraje en 2010.
–Con una semana de diferencia, ¿qué cree que hubiera pasado si no hubiera expulsado a Zidane?
–Me hubiera sentido muy mal, como me pasó el día del partido cuando luego vi la jugada por televisión. Se hubiera transformado en un error grosero si finalmente iban a los penales, Zidane pateaba uno y Francia ganaba. Hoy todavía se estaría hablando de un flor de lío. Si pese a permanecer en la cancha, Francia perdía, hubiera sido un error grosero de todos modos.
–¿El hincha argentino reconocerá su actuación en el inicio del Apertura?
–Ya en Alemania, con Darío García y Rodolfo Otero sentíamos que nos llegaba su apoyo. Entiendo que sí habrá una especie de reconocimiento general pero también soy consciente de cómo se vive el fútbol en este país y que rápidamente el Mundial pasará a formar parte del arcón de los recuerdos. La realidad del campeonato local la conocemos bien así que no creo que a partir de ahora tenga un handicap especial.
Entrevista: Carlos Altea.
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