Domingo, 16 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › GRACIELA OCAÑA, TITULAR DEL PAMI
Dice que su ex socia política busca una alianza con la derecha. Confirma que renuncia a su banca en Diputados y está a disponibilidad para ser candidata a lo que el Gobierno decida, cuando termine su trabajo en la obra social de los jubilados.
Por Diego Schurman
Graciela Ocaña ingresa como una tromba y se abalanza sobre el control remoto. Alguien le dijo que Cristina Kirchner estaba hablando de ella en plena sesión. Y quiere comprobarlo personalmente. Pero la titular del PAMI no es muy amiga de la tecnología y cuando logra dar con el canal, la primera dama abunda sobre otros menesteres.
–Si hubiese estado ahí en el Congreso por ahí la hubiera escuchado...
–Ya no, porque dije, no voy a renovar la licencia de mi banca.
–¿Por qué tomó esa decisión?
–El proceso de normalización del PAMI se pensaba más corto. Pero se ha extendido en el tiempo. Y tomé esta decisión, por un lado, porque escuché algunos periodistas que respeto que cuestionaban desde lo ético el tema de la licencia, y por otro para dejar de dar argumentos a sectores mezquinos, como el ARI, que me cuestionaban éticamente. En mi lugar podía haber ocupado la banca alguien del ARI y no lo hizo.
–El ARI desistió de ocupar su banca porque cuestiona la metodología de las licencias.
–Yo no vi nunca un proyecto del ARI que cambie las licencias o que las derogue. Pero sí vi votar las licencias de (la menemista riojana) Alejandra Oviedo. Además, yo no creé las licencias.
–Pero hizo uso reiteradas veces. ¿No cree que eso despierta reacciones lógicas?
–Nooooooooo. Eso pasa por la mezquindad. Hay gente que no sabe construir y sólo piensa en la chicana.
–Si no renueva la licencia porque está en el PAMI, quiere decir que el PAMI todavía no está normalizado.
–La normalización tiene que ver con una ley que el Ejecutivo elevó en el 2004, tuvo sanción en el 2005 en el Senado, y ahora trata Diputados. Depende de esa ley. El estiramiento de mi licencia también tiene que ver con esa ley.
–¿Y cuándo va a estar normalizado?
–Yo creo que este año.
–¿Entonces se va del PAMI?
–Una vez que lo normalice, sí.
–¿Y después... a la carrera electoral?
–Quiero participar del proceso de cambio que lleva adelante Kirchner. El dónde, el cuándo y el cómo no lo sé.
–Se la menciona como futura candidata a vicejefa de gobierno en la Capital y también como presidente del Partido de la Victoria.
–Hay muchas especulaciones. Yo no tengo tiempo para pensar en eso ahora. Mi sueño de joven era alguna vez representar al pueblo en el Parlamento. Ya lo cumplí. Lo demás es de regalo.
–Este Gobierno es muy duro con un puñado de políticos, Carrió entre ellos. Usted fue su mano derecha. ¿Por qué saltó de vereda?
–Carrió se puso en la vereda opuesta a la del Gobierno y a la del propio ARI. Ella sostenía los mismos principios, los mismos valores, el mismo modelo de Argentina que Kirchner. No sólo en palabras sino en hechos: la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, terminar con la Corte menemista, renegociar la deuda teniendo en cuenta los intereses de los argentinos.
–¿Y para usted qué pasó?
–Ya en el 2003 Carrió planteó, y en eso es testigo (Rafael) Romá, que Kirchner iba sobre su electorado. Y entonces se fue hacia la derecha.
–Discúlpeme. Realmente es una exageración equipararla con Macri o López Murphy, como pretende el Gobierno.
–La misma Lilita sale a decir que ella tiene que tener libertad para poder conversar con otros actores. Y nombra a López Murphy.
–Esto no es la mancha venenosa: sentarse con alguien no significa ser como esa persona.
–Yo no lo digo por eso. No es la foto sino con quién se construye.
–El Gobierno construye con Barrionuevo, intendentes con mala fama...
–Mire, éste es un gobierno abierto. De lo contrario no me hubiese convocado a mí. Sobre Barrionuevo yo pedí personalmente que se lo investigue por un supuesto caso de cohecho acá en el PAMI. Sobre la construcción, cuando construimos el ARI decíamos que la casa nueva se construía con ladrillos viejos y nuevos. Independientemente de la voluntad de Kirchner, existe una dirigencia social, sindical y política. Pero cuando Kirchner es el que elige, está claro a quién elige y a quién le ha hecho perder poder.
–Eligió a Lavagna, ¿se acuerda?
–Y se fue. ¿Quién cambio? ¿El Gobierno o Lavagna? ¿Cuál es el verdadero Lavagna? ¿El que impulsaba las políticas contra el FMI, como cuando estuvo con Kirchner, o el que aumentaba las tarifas eléctricas, como cuando estuvo con Duhalde? Lavagna es el que quiere imponer que la economía domina la política.
–Dice que Carrió quiere construir con la derecha. ¿Acaso el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, es un progresista?
–Sí, por lo que está haciendo en este gobierno...
–Le recuerdo que Fernández integró una lista encabezada por Cavallo.
–Uno avanza y cambia en la vida. Carrió y yo compartimos una lista con Fernando de la Rúa. Con eso le digo todo.
–¿No ve signos de intolerancia en el gobierno?
–(Se ríe.) Carrió dice que es un gobierno fascista. Ella es muy inteligente. Sabe de derecho e historia. Tiene que releer lo que es el fascismo. Acá funcionan todos los poderes. Se ha recuperado la política como herramienta de cambio. No hay genuflexión. Y Carrió...
–Y sigue con Carrió...
–Sabe lo que pasa. Al querer sostener un proyecto más personal que colectivo, llegó a un diagnóstico equivocado. Para no perder votos dijo “yo me diferencio”. Y ahí perdió la esencia del proyecto del ARI. Ella ahora se fue del ARI porque se sintió traicionada por la actual conducción, que lo único que quiere es mantener las banderas históricas del partido. Y entonces el ARI no la va a acompañar. Más allá de cómo lo quiere explicar, Carrió no se retiró del ARI, lo abandonó.
–Lo que me queda claro es que el gobierno celebra la retirada de Carrió.
–No. El gobierno gobierna. Pero yo fui una parte mínima de un proyecto, con dirigentes como Carrió y Alfredo Bravo, que quería tomar lo mejor de las tradiciones políticas y el campo popular. Hoy, a la distancia, Carrió está bastante lejos del campo popular y cerca de dirigentes que en el 2001 pensamos que eran los socios de la entrega del país. Ese giro a la derecha tan profundo ha hecho que en mi caso, en el de Romá, Bordenave, Giles, Timerman y Melillo, nos fuéramos del ARI. Y ahora es Lilita la que se separa del partido, porque el ARI no acompaña a las personas que ella quiere llegar en su giro a la derecha, como Macri, López Murphy y Enrique Olivera.
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