Después de dos días y medio de agonía, falleció Antonio Puerta, el futbolista del Sevilla de tan sólo 22 años que el sábado sufrió un paro cardíaco durante el encuentro contra el Getafe. El jugador salió de la cancha caminando, pero luego fue internado, sufrió seis paros más durante esa noche y su condición se fue agravando. Puerta falleció a causa de una “encefalopatía postanóxica y el fracaso multiorgánico secundario al paro cardíaco prolongado que motivó su ingreso al hospital”, según informaron los médicos, para quienes el defensor sufría “una displasia arritmogénica del ventrículo derecho” muy difícil de detectar, que derivó en los paros cardiorrespiratorios, un problema que suele ser el origen de muchas muertes en jóvenes o deportistas.

La de Puerta, en cuyo historial figuraban dos copas de la UEFA (2005/2006 y 2006/2007), una Supercopa de Europa (2006) y una Copa del Rey (2006/2007), recuerda a la trágica muerte del jugador camerunés Marc-Vivien Foé, de 28 años, tras sufrir una crisis cardíaca en 2003 en un partido Camerún-Colombia en Lyon (Francia). El 25 de enero de 2005 otro jugador, el húngaro Miklos Feher, del Benfica, también murió tras un paro del corazón en un choque ante el Vitoria Guimaraes.

“Todos los jugadores estamos tremendamente afectados por lo sucedido –señaló el argentino Maxi Rodríguez, capitán del Atlético de Madrid–. Fue un palazo para el vestuario.”

El cardiólogo Roberto Peidró, jefe del cuerpo médico de Independiente, está de acuerdo con los médicos sevillanos en que detectar una patología como la que terminó con la vida de Puerta es “muy difícil” con los exámenes de rutina y se manifestó a favor de la realización de una serie de estudios médicos previos.

“El consejo para hacer deporte de alto rendimiento es hacer un examen cardiovascular, estudios médicos clínicos y una consulta médica donde el profesional realice un interrogatorio puntual y, si hay alguna duda de esto, avanzar en un estudio más complejo –explicó el ex arquero–. No obstante, en una persona joven es muy difícil detectar una patología como la que tuvo este jugador”, señaló.

Peidró recordó al delantero de River Oscar Víctor Trossero y al basquetbolista Gabriel Riofrío, que fallecieron por causas similares en actividad. “El 80 por ciento de los casos de muerte súbita en el deporte se producen por problemas cardíacos y el resto, por casos neurológicos vasculares.” Según el cardiólogo, la AFA obliga en el fútbol argentino a la disponibilidad en los estadios de ambulancias con equipos de resucitación.