Miércoles, 29 de agosto de 2007 | Hoy
EL MUNDO › BUSH DIJO QUE TEHERAN PONE EN RIESGO EL GOLFO
Por Sandro Pozzi *
desde Nueva York
George Bush sigue intentando buscar apoyos entre la opinión pública para su estrategia militar actual en Irak. El presidente de EE.UU. pronunció ayer un discurso ante una convención de veteranos en Reno y acusó directamente a Irán de estar minando el proceso de democratización iraquí para extender la violencia extremista.
Por eso defendió la permanencia de las tropas, como un factor esencial para preservar la seguridad en casa. Bush describió Irak como el “corazón” en la batalla contra la red terrorista Al Qaida y otros grupos extremistas en Medio Oriente, entre los que incluyó al régimen de los ayatolas en Irán. Es el segundo discurso en una semana que lanza el presidente antes de que retome la actividad legislativa en el Congreso, donde está previsto que se lance un intenso debate sobre si debe continuar el despliegue actual de tropas o proceder a la retirada. En el centro estará el informe de evaluación del general David Petraeus. Bush reiteró ayer que será perseverante y que su estrategia triunfará. El presidente dijo que va a utilizar “todos los elementos” del poder militar de EE.UU. para proteger a los estadounidenses del enemigo, “y así no tener que hacerle frente en casa”.
“Si prevalece la violencia extremista, estaremos permitiéndoles prevalecer en Medio Oriente y la región se verá dramáticamente transformada en una manera que puede poner en peligro al mundo entero”, alertó. El presidente advirtió de que tanto Al Qaida como Irán están intentando hacerse con el control de la región desde Irak. Por eso subrayó que la nueva estrategia militar está concebida para hacer frente a este doble enemigo. Y entre los resultados conseguidos hasta la fecha destacó la reducción de la violencia sectaria en Bagdad, la detención de 1500 terroristas al mes, la reacción en las provincias de Anbar y Diyala contra Al Qaida y la disrupción de redes de suministro de armas desde Irán.
El presidente Bush volvió a exigir a Teherán que cese de suministrar de “inmediato” artefactos explosivos a los grupos extremistas chiítas, que luego utilizan contra los soldados estadounidenses y civiles inocentes. Y en este sentido reiteró sus dudas hacia el régimen de Teherán, del que asegura que está al corriente de lo que hacen los miembros de su propio régimen. “Los dirigentes iraníes tienen su parte de responsabilidad”, dijo. Bush acusó en concreto a la guardia revolucionaria iraní, el principal brazo militar del régimen de los ayatolas, de estar financiando y entrenado a la insurgencia. Washington quiere incluir a este grupo en su lista de organizaciones terroristas.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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