Factor. “Independientemente de la voluntad individual de Carrió y López Murphy de llegar a un acuerdo –en este caso tan individual que no implica la participación de sus partidos–, en la Argentina no existen condiciones para una alianza preideológica, porque hay democracia y no una dictadura. Hay problemas serios de calidad institucional, que incluyen tanto el modo en que gobierna el Gobierno como el modo que conducen los líderes sus partidos, pero no hay una dictadura. Un régimen antidemocrático sería el único lugar desde donde se podría construir una coalición preideológica.”

Bulldog. “Aunque llevó la negociación al límite, López Murphy nunca tuvo la intención de cerrar un acuerdo sin Macri: no iba a abandonar una alianza segura a cambio de comprar un terreno en Marte. Igualmente, el narcicismo de Carrió se lo llevó puesto a López Murphy, que queda como la novia abandonada.”

Lilita. “Carrió se autolesiona impulsando una jugada que no puede cerrar, termina dañando su liderazgo dentro del ARI. Primero rompió con todos los que no están dispuestos a hacer antikirchnerismo. Y ahora rompió con los que están dispuestos pero no quieren hacerlo desde el centroderecha. Así refuerza el escenario que ella misma planteó: si no gana en las elecciones, abandona la política. Sería una situación a la que se vería compelida, porque ha terminado debilitando todas las lealtades de su entorno, más allá de que están obligados a acompañar su candidatura. No creo que haya una fractura en lo inmediato, pero después de octubre seguro le van a pasar alguna factura.”

Escenario. “Para el electorado movilizado por el antikirchnerismo, Carrió logró apropiarse del tema instalado por ciertos grupos de poder sobre la necesidad de una coalición preideológica. En ese sentido, la cuenta electoral no la va a pagar Carrió, que va a resultar fortalecida frente a Lavagna. Al encarnar esa demanda, en el corto plazo Carrió va a obtener una ganancia proveniente del electorado del centroderecha. Al mismo tiempo, así termina de desperfilarse para el electorado progresista, lo cual ayuda y mucho a las candidaturas que están a su izquierda, como Pino Solanas. No obstante, todo esto no alcanza para modificar el escenario electoral. El único que puede forzar una segunda vuelta es el Gobierno, si insiste en mantener un comportamiento alla Gastón Gaudio.”

* Sociólogo.