El secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y el embajador de China en Buenos Aires, Shang Tuo, se reunirán hoy al mediodía para intentar ponerle un freno a la controversia surgida luego de que el Gobierno restringiera las importaciones de ese país y el gigante asiático respondiera demorando tres contenedores con soja. “El diálogo es bueno y la intención del encuentro es analizar la relación comercial”, señalaron a Página/12 fuentes de la Cancillería que prefirieron bajarle el tono al conflicto. El director ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino-china, Ernesto Fernández Taboada, también relativizó el enfrentamiento.

Hace dos viernes, Economía anunció una batería de medidas aduaneras para contener la entrada de importaciones chinas y resguardar así la producción nacional de calzados, textiles, marroquinería, juguetes y neumáticos. Según datos de la Aduana, entre enero y julio los ingresos provenientes de ese país aumentaron 59,3 por ciento respecto del mismo período del año pasado. En respuesta, el gobierno chino emitió un duro comunicado donde consideró “incomprensible e inaceptable” que Argentina haya tomado esas medidas sin enviar una notificación previa y el lunes demoró la entrada de tres embarques con 150 mil toneladas de soja para hacerles un análisis fitosanitario, medida que los exportadores interpretaron como una represalia. En Cancillería ayer le restaron importancia a este último hecho y agregaron que China hasta el momento no comunicó ningún cambio respecto de los requisitos que exige actualmente para el ingreso de productos argentinos. Fernández Taboada también le quitó trascendencia al episodio: “En la relación comercial entre dos países, como por ejemplo Estados Unidos y China, hay por lo menos 20 chisporroteos por año. Esto es normal. No tenemos que preocuparnos”. “Yo no hablaría de represalia. Ni siquiera está confirmado que haya realmente un problema”, agregó.

La Aduana informó la semana pasada que los importadores deberán presentar facturas validadas por su contraparte del país de origen o con visado consular. El objetivo es evitar la subfacturación y la presentación de facturas falsas en los casos en que el precio supere los valores de referencia establecidos por el organismo. Ayer se supo también que los funcionarios de la aduana china vendrán al país para precisar cómo se implementará este nuevo mecanismo de control.