Miércoles, 29 de agosto de 2007 | Hoy
Las acciones líderes en Buenos Aires bajaron 4,4 por ciento. La demanda de dólares aumentó y el Banco Central ya perdió casi 900 millones de reservas desde el comienzo de la crisis internacional.
Por Claudio Zlotnik
La calma en los mercados duró apenas una semana. Ayer volvieron a registrarse severas caídas en los principales recintos del mundo, en medio del temor a un deterioro de la economía de los Estados Unidos. En línea con lo sucedido en Wall Street, el índice de acciones líderes MerVal retrocedió 4,4 por ciento, mientras que los bonos de la deuda se desvalorizaron hasta 4,6 por ciento. En Nueva York, el Dow Jones perdió 2,1 por ciento y el panel tecnológico Nasdaq, el 2,4. La Bolsa de México cedió 3,1 por ciento; la de Brasil, el 2,7 y en Europa se anotaron bajas de hasta 2,1 por ciento, como fue el caso de París. En la Argentina, el Banco Central volvió a vender divisas, ayer alrededor de 75 millones de dólares, con el fin de controlar la paridad cambiaria.
El dólar terminó en 3,20 pesos para la venta en las casas de cambio y a 3,1650 en el segmento mayorista. En este último caso hubo una baja de medio centavo respecto del cierre anterior. Para lograrlo, el BC vendió alrededor de 60 millones. La demanda de billetes verdes proviene tanto de grandes inversores que están liquidando bonos argentinos y sacan los dólares del país como de pequeños ahorristas. En algunos bancos líderes están despachando entre tres y cuatro veces más de divisas que hace un mes y medio, cuando había calma financiera y el dólar estaba clavado en 3,10 pesos. Con las últimas intervenciones –el Central vendió unos 250 millones de dólares en las últimas tres jornadas hábiles–, Martín Redrado dejó en claro que el techo de la cotización de la moneda estadounidense se encuentra diez centavos más arriba.
Respecto del valor del dólar, desde algunos despachos oficiales intentan transmitir tranquilidad. En las últimas jornadas hubo algunas compras extraordinarias, como los 300 millones de dólares que adquirió Cammesa para pagar la electricidad importada desde Brasil. Y un monto también importante que Enarsa giró al exterior para abonar la compra de combustible. Superada esta circunstancia, en algunos bancos de la city no descartan que, a pesar de la fuerte demanda, el Central lleve la cotización del dólar un par de centavos por debajo del nivel actual.
Desde que empezaron las turbulencias bursátiles, el Banco Central perdió 864 millones de dólares de sus reservas. Ahora se encuentran en 43.370, por debajo del record de 44.234 millones del 23 de julio último. Una parte de la caída se explica por el pago de deuda a los organismos internacionales. Ayer, por ejemplo, se giraron 35 millones a Washington para cumplir con los compromisos.
El clima financiero enrarecido obligó al Central a tomar dos medidas adicionales. Por un lado, suspendió la licitación prevista para hoy de Letras y Notas para no tener que convalidar un alza en las tasas de interés. Por otro lado, inyectó liquidez al sistema financiero al asistir con 59,5 millones de pesos a cinco bancos, a través de pases activos.
Lo sucedido ayer en los mercados internacionales es una buena muestra de la fuerte volatilidad que caracterizará los próximos meses. Los financistas están muy atentos a cada dato económico surgido en Estados Unidos o Europa. En las últimas horas hubo tres cuestiones que determinaron las fuertes caídas de acciones y bonos:
- Las minutas de la reunión del directorio de la Reserva Federal (banca central estadounidense) del pasado 7 de agosto. Los operadores aguardaban una señal más clara de que Ben Bernanke bajará la tasa de interés en el corto plazo. En ese sentido, el directorio insistió en lo ya conocido. “Una degradación de las condiciones financieras no puede ser excluida y, en la medida en que tal posibilidad afecte las perspectivas de crecimiento, podría requerir una respuesta” por parte de la FED, se señaló en las minutas. La próxima reunión del comité de política monetaria será el próximo día 18.
- Hubo dos índices económicos que golpearon al mercado: un brusco retroceso en la confianza de los consumidores, que podría traducirse en una desaceleración del ciclo económico. El otro dato negativo fue la caída de los precios de las viviendas, del 3,2 por ciento, la más importante en 20 años, lo que agrava la crisis del mercado inmobiliario.
- Durante la operatoria hubo rumores de que varios bancos estadounidenses tendrían problemas de solvencia. En forma simultánea, el banco de inversiones Merrill Lynch redujo la recomendación sobre las acciones de Citigroup, Lehman Brothers y Bear Stearns.
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