Mucha agua corrió bajo el puente del rugby internacional desde que los All Blacks neocelandeses demolieron 29-9 a Francia en la final del Mundial inaugural, en 1987. Desde entonces, países sin tanto poder en ese deporte, como Argentina o Italia, han realizado progresos evidentes. Argentina pretende, al menos, repetir su logro de Gales 1999, cuando quedó entre los ocho primeros del mundo. Los italianos, gracias a la experiencia adquirida con su participación en el Cinco Naciones –ya convertido en Seis Naciones–, buscarán en el Mundial que comienza hoy alcanzar por primera vez los cuartos de final. De todas formas, sería una sorpresa mayúscula si el cetro mundial fuera a parar a otras manos que las de los protagonistas de las cinco finales precedentes, el “establishment” del rugby: Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Inglaterra y Francia.

En Australia 2003, Inglaterra se convirtió en la primera nación del Hemisferio Norte en ganar un mundial, gracias en gran parte al genio de Jonny Wilkinson, quien tras superar varias lesiones espera conducir a su selección a una nueva gesta.

Los franceses sueñan con repetir el logro inglés, sacando provecho de su localía. Pero los “bleus” del rugby no poseen un jugador de la talla, genio y poder de Wilkinson. Son rápidos, creativos y fuertes en defensa, y el medio Pierre Mignoni y el ala David Skrela lucieron su clase mundial en el último Seis Naciones que Francia ganó. Pero el conjunto tiene una historia de autodestrucción a sus espaldas por descuidos y por sucumbir a la presión. Además, estarán en el difícil grupo D que incluye a Irlanda y Argentina, quinto y sexto, respectivamente, del ranking mundial.

El partido inaugural de esta tarde ante Los Pumas será una buena prueba para saber qué se puede esperar. Nueva Zelanda, el equipo número uno del ranking mundial, no debería tener problemas para avanzar de ronda pues nunca perdió con sus rivales del grupo C. Los All Blacks son favoritos gracias, sobre todo, a la presencia del ala Joe Rokococo, nacido en Fiji, que posee una increíble marca de 38 tries en 45 partidos internacionales.

En junio, Nueva Zelanda ganó la Copa Tres Naciones y en julio derrotaron a Sudáfrica y Australia. En junio destrozaron a Francia en dos amistosos. Pero desde que ganaron el Mundial de 1997 los All Blacks siempre han sido favoritos para ganar el Mundial, aunque siempre se quedaron en el camino, perdiendo una final y tres semifinales. El segundo equipo del grupo que avanzará de fase se decidirá el 29 de septiembre, cuando Italia se mida con Escocia en Saint Etienne.

Inglaterra, por su parte, no impresiona desde que ganó el Mundial en 2003 debido, sobre todo, a la larga serie de lesiones de Wilkinson, que vuelve a ser duda tras haber sufrido una lesión en el tobillo durante la semana. Su ausencia en el partido debut de su equipo ante Estados Unidos no debería tener importancia, pero sí tendrá que estar a punto para el duelo más exigente en el grupo A, ante Sudáfrica.

Si Inglaterra duda, estará preparada Samoa para unirse a Sudáfrica, campeona del mundo en 1995, y acceder a cuartos. Australia tiene un camino fácil en el grupo B y sólo Gales, campeón del Seis Naciones en 2005, le puede oponer resistencia. Los Wallabies australianos son los únicos que ganaron dos veces la corona mundial y tienen el equipo más experto del campeonato con cuatro jugadores que ya saben lo que es ganar el título.

A partir de hoy un total de veinte selecciones se dividen en cuatro grupos. Los dos primeros de cada llave accederán a los cuartos de final, donde ya se jugará en formato de eliminatoria hasta la final, el 19 de octubre en Saint Denis.