Lanús no arrancó bien su ilusión en la Copa Libertadores. En un partido en el que no fue superado, pero en el que pagó el desgaste por la altura, el campeón del Apertura cayó 1-0 ante Olmedo, con lo que dejó la eliminatoria abierta para la revancha que se jugará la semana próxima. Estuardo Quiñónez, con un zurdazo cruzado, marcó el único gol del encuentro.

El principal obstáculo para Lanús no era el Olmedo, sino que se trataba de la altura. Por eso, el conjunto de Cabrero salió decidido a cortar el ritmo, sin realizar un gran desgaste y a la espera de lo que podía proponer el equipo ecuatoriano. Como lo del Olmedo no resultaba peligroso, con una llamativa lentitud para manejar la pelota y sin desequilibrio en los últimos metros, Lanús se fue dando cuenta de que el desarrollo no se le iba a tornar complicado.

Por eso, en la medida en que fue ganando confianza, el conjunto argentino consiguió adelantarse en el terreno y empezó a tener las mejores chances del partido. Pudo ponerse en ventaja con un tiro libre de Velázquez que controló Villafuerte, con un remate de Valeri que salió muy cerca o con una entrada de Sand que no terminó en gol porque se equivocó en el pase a Acosta. Del otro lado, los ecuatorianos sólo lastimaron con pelota parada, como un cabezazo de Antonelli que controló Bossio u otro de Perlaza que rechazó Valeri a un metro de la línea.

Tras un sofocón en el inicio de la segunda parte, tramo en el que Olmedo generó tres chances seguidas, Lanús volvió a retomar el control del partido, aunque cada vez estaba más lejos de inquietar a Villafuerte. Pero el cansancio comenzó a pesar y se notó en la jugada del gol. Quiñónez le ganó fácil a Velázquez y se aprovechó de la estática defensa visitante para someter a Bossio con un tiro cruzado. A partir de allí, con pocas piernas, Lanús buscó el empate aunque sólo tuvo una chance con un cabezazo de Lagos tras un buen desborde de Peralta.