El paraguayo Julio César Cáceres estuvo a punto de no jugar el partido contra Libertad a raíz de una diferencia contractual. Cáceres le comunicó ayer por la mañana al entrenador Daniel Passarella que si no se le encontraba una solución al diferendo económico no estaba dispuesto a jugar contra sus compatriotas. Luego, en la cancha, Cáceres pareció ausente.

El Nantes, de Francia, propietario del pase del zaguero, le debe 470.000 dólares, de los que no debía hacerse cargo el equipo argentino. Sin embargo, Cáceres eligió un momento delicado para presionar, tratando de que River le solucionara el problema, y esto movilizó rápidamente a la dirigencia del club de Núñez, en tanto Passarella acumulaba bronca porque la delegación de futbolistas que llegó a Asunción está compuesta por apenas 15 jugadores: quedarse sin un titular a pocas horas del partido y por motivos extrafutbolísticos no le causaba ninguna gracia.

Alrededor de las 16 y luego de varias gestiones a las que no estuvo exenta la Federación Paraguaya, todo se solucionó favorablemente para el jugador. En algún momento circuló la versión de que el Nantes iba a solicitar la inhabilitación a Cáceres, con el riesgo que implicaba entonces su inclusión en el equipo para el partido de anoche.

“Cáceres es jugador de River –señaló el dirigente Rodolfo Cuiña– y nosotros lo apoyamos. Pero no tenemos nada que ver en el diferendo con el Nantes. Lo tenemos a préstamo hasta fin de año y la transferencia definitiva se hará en el 2007.”

El de Cáceres no es el principal problema que afrontan los dirigentes de River: la presión que ejerce el capitán Marcelo Gallardo para que le compren el pase es lo que más los preocupa por estos días.