El nulo ingreso de hacienda al Mercado de Liniers fue una de las consecuencias más notorias de la primera jornada del lockout del campo contra las retenciones móviles convocado por las cuatro entidades patronales del sector con representación nacional. La protesta continuará hoy y en Córdoba tendrá la forma de concentración de tractores en algunas rutas clave. Los acopiadores, nexo entre la producción y comercialización, dieron ayer su respaldo explícito.

El lockout, que en principio terminaría hoy, aunque algunos dirigentes plantearon extenderlo, no comprometió a las producciones perecederas como lácteos, frutas y verduras y tuvo su mayor efecto en los puertos santafesinos donde se computaron pocos envíos de granos. También en este rubro la actividad fue mínima debido a la medida de fuerza inspirada en la aplicación de retenciones móviles sobre la soja, el trigo, el girasol y el maíz.

Hoy se espera que una cantidad importante de tractores convocados por la Federación Agraria se movilicen hacia Córdoba, en una caravana que congregará a campesinos de esa provincia y de alguna otra aledaña como Santa Fe. Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) también prevé realizar diferentes manifestaciones en la provincia mediterránea, en Trenque Lauquen (Buenos Aires) y en San Miguel de Tucumán, que se sumarán a las que hoy tuvieron lugar en Santa Rosa y Junín.

Dirigentes de esas dos entidades advirtieron ayer que, de no mediar “alguna señal del Gobierno”, podrían extender la medida de fuerza hasta el miércoles, mientras que el resto se mantuvo en silencio. Al igual que los dirigentes de Coninagro y de la Sociedad Rural, saben que la posibilidad de que el Gobierno flexibilice su posición es magra. Tienen in mente al menos dos datos: que el ministro de Economía, Martín Lousteau, nunca les concedió una audiencia y que justificó la decisión oficial considerando que, con estos precios internacionales, el campo es “híper rentable”.