Mauricio Macri picó en punta. El Banco Ciudad aplicó un fuerte aumento a la tasa de interés de los créditos hipotecarios, que oscila entre el 11,5 y el 20 por ciento. En los préstamos a veinte años, por ejemplo, el alza fue del 9 al 11,97 por ciento anual. Se trata de las líneas para la vivienda que ajustan por tasa variable. Este incremento decretado a comienzos de mes fue interpretado por economistas de la city como la bandera de largada de próximas subas de la banca privada. Lo llamativo es que esta vez haya sido una entidad pública la que cambiara las condiciones de los préstamos, cuando tradicionalmente buscan evitar los aumentos por todos los medios. El BBVA Francés le siguió los pasos. Anteayer subió la tasa variable de los hipotecarios de 11 a 14 por ciento.

“El macrismo está haciendo funcionar el Ciudad como un banco privado y esto no sólo aleja la posibilidad de adquirir casas a los que alquilan, sino que le aumenta muchísimo la cuota al que ya tiene créditos hipotecarios tomados”, protestó ayer el diputado Aníbal Ibarra en la Legislatura porteña. Ese ámbito fue la caja de resonancia política de la decisión del macrismo. El jefe de Gobierno designó como presidente del Banco Ciudad a Federico Sturzenegger, que acompañó a Domingo Cavallo en el Ministerio de Economía de marzo a diciembre de 2001, en la etapa final de la caída de la convertibilidad. Fue uno de los funcionarios que trabajaron en la confección del corralito financiero.

Mario Morando, director del Ciudad en representación de PRO, hizo su descargo: “Tenemos la conciencia tranquila, porque no hemos incrementado el peso de la cuota sobre el salario”, justificó. “No es un aumento gravoso de las tasas, ya que los salarios aumentaron en promedio un 19 por ciento, entonces no está mal que el banco aumente la tasa en relación con esa mejora salarial”, agregó. Por su parte, el vicepresidente primero de la Legislatura, el macrista Diego Santilli, explicó que aun con este aumento “la del Ciudad sigue siendo la tasa más baja del mercado”.

La explicación de los banqueros es que la crisis internacional encarece el fondeo, pero también que la aceleración inflacionaria se traslada a las tasas de interés. En ese sentido, economistas cercanos al gobierno nacional reconocen que los aumentos de precios serán trasladados tarde o temprano a las tasas. Tanto la de los créditos –en especial los de largo plazo– como la de los depósitos. Esta semana se observó una mayor demanda de dólares de pequeños ahorristas que decidieron no renovar sus plazos fijos frente a la tensión política, las versiones de cambios en Economía y las subas de precios.