EL PAíS › DETENCIONES EN LA RIOJA POR EL ASESINATO DE DOS SACERDOTES

Mártires de la otra iglesia

El vicecomodoro Luis Fernando Estrella, ex segundo jefe de la Base Aérea de Chamical, y el ex alférez Miguel Ricardo Pessetta fueron arrestados por su participación en los asesinatos de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Rogelio Gabriel Longueville.

 Por Diego Martínez

Dos oficiales retirados de la Fuerza Aérea fueron detenidos ayer en La Rioja por su participación en los secuestros y asesinatos en 1976 de los sacerdotes tercermundistas Carlos de Dios Murias y Rogelio Gabriel Longueville, más conocidos como “Los Mártires de Chamical”. Se trata del entonces vicecomodoro Luis Fernando Estrella, ex segundo jefe de la Base Aérea de Chamical y figura central de la dictadura en La Rioja, y del ex alférez Miguel Ricardo Pessetta. Citados a prestar declaración indagatoria, ambos hicieron uso de su derecho a no quebrar el pacto de silencio. Son los dos primeros detenidos por crímenes de lesa humanidad en La Rioja. “Es un pequeño gran paso después de tantos años de buscar pruebas”, celebró Cristina Murias, querellante y hermana del cura asesinado, quien espera con paciencia cristiana que la Iglesia “deje de mirar para otro lado” y se constituya como querellante.

El párroco francés Longueville y su vicario Murias fueron secuestrados en la noche del 18 de julio de 1976 en la parroquia El Salvador, de Chamical. Sus cuerpos fusilados, con los ojos vendados, aparecieron en un descampado al sur de la ciudad. Murias tenía signos de torturas. Hoy el sitio se denomina Los Mártires y un oratorio honra sus memorias.

El 23 de marzo de 2007 el fiscal general Alberto Lozada, de la Cámara Federal de Córdoba, promovió junto con los fiscales Graciela López de Filoñuk y Horacio Salman la acción para que se investiguen sus crímenes. Adjudicaron el secuestro a Pessetta, al capitán Miguel Angel Escudero, los policías Juan Carlos “Bruja” Romero y otras dos personas. Como emisores de la orden, a los vicecomodoros Lázaro Aguirre y Estrella, jefe y subjefe de la base, y al coronel Osvaldo Pérez Battaglia, jefe del Batallón de Ingenieros 141, todos bajo la órbita del comandante del Cuerpo III, general Luciano Benjamín Menéndez. El 5 de marzo último Murias se presentó como querellante con el patrocinio de las abogadas Cristina Herrera, Adriana Mercado Luna, Viviana y María Elisa Reinoso. El 19 el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena citó a los policías Romero, director de Informaciones, y Benito Vera, por su rol en el espionaje previo a los secuestros. Ambos se negaron a declarar pero no quedaron detenidos.

Ayer, Franco Grassi subrogó a Herrera Piedrabuena, ausente por viaje. Estrella, de 74 años, a quien hasta el fiscal daba por muerto, se presentó por la mañana. El defensor oficial Daniel Narbona se negó a asistirlo. Adujo “violencia moral”: su padre Nicolás Narbona, ministro de Acción Social riojano de 1973 a 1976, fue preso político durante la dictadura. Lo asistió el defensor Juan de Leonardi, pero Estrella se negó a hablar. Luego hizo lo propio Pessetta. El suboficial Sergio Martínez también estaba citado a indagatoria pero no se presentó a declarar. Ante la ausencia del fiscal Darío Illánez, su secretaria Martha Kinath y las cuatro abogadas pidieron las detenciones, que ordenó Grassi. A las dos de la tarde Estrella y Pessetta fueron trasladados a una dependencia de la Policía Federal. Un hombre de unos cuarenta años vestido con clerygman que dijo ser capellán castrense pero prefirió no identificarse asistió al ultracatólico Estrella antes de la partida. El comodoro retirado es el mismo que el 18 de enero de 1988 comandó la banda que copó el aeroparque Jorge Newbery durante tres horas en un golpe fallido contra el presidente Raúl Alfonsín, a quien consideraba marxista.

La Rioja tiene cuatro causas paradigmáticas. La más avanzada es la que investiga el asesinato del conscripto Roberto Villafañe. Le sigue la de los mártires. A paso lento marchan las que investigan los crímenes del obispo Enrique Angelelli y del catequista Wenceslao Pedernera. Francia también abrió una causa por Longueville a pedido de sus hermanas. “Es un paso muy importante, son los primeros detenidos. Estrella participó en la logística de los crímenes de mi hermano y Gabriel, pero también de Angelelli y Pedernera”, apuntó Murias, quien lamentó “que no se acumulen las causas” y confesó que la exigencia de justicia por el crimen de su hermano “ha sido una de las razones de mi vida en todo este tiempo”.

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Enrique Angelelli investigó las muertes de Murias y Longueville.
 
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