Luego de los rumores de default que surgieron por la colocación de bonos a Venezuela a una tasa de 15 por ciento, el Gobierno lanzó una estrategia para demostrar que tiene otras alternativas de financiamiento. Una de las opciones que exhibió ayer fue la sociedad con la Corporación Andina de Fomento. La entidad ya viene aportando recursos para Yacyretá, la Central Nuclear Embalse y para Belgrano Cargas, pero podría ampliar los desembolsos apenas Argentina se convierta en “socio pleno” del organismo. “Eso permitirá el financiamiento para importantes obras de infraestructura y viales que están proyectadas”, aseguró ayer el ministro de Economía, Carlos Fernández, durante un seminario que compartió con directivos de la corporación y con el presidente del Banco Central, Martín Redrado.

La necesidad de fondos frescos llevó al Gobierno a colocar el mes pasado deuda que compró Chávez a una tasa de 15 por ciento. La lectura del mercado llevó a pensar que podría haber un estrangulamiento del crédito para el país y el rumor llegó incluso más allá: se habló hasta de una posible cesación en el pago de los compromisos de los próximos meses. Por eso, Economía comenzó una agresiva recompra anticipada de bonos para mostrar espalda financiera. De todo esto, lo que quedó claro era que no podría salir en el corto plazo a buscar financiamiento en el mercado. Es por eso que el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se reunieron con las autoridades del CAF para avanzar en los trámites para ser “socio pleno”.

Durante la exposición de ayer, Redrado, mitad en broma y mitad en serio, le pidió al titular de la Corporación ayuda con una “emisión conjunta de un bono en pesos”. El titular del Central reconoce no haber tenido “éxito” en la posibilidad de crear pooles de reservas en la región, y señaló como una falencia del país la “falta de un marco regulatorio para la deuda doméstica”. Consideró también necesario el “desarrollo de un mercado financiero en moneda local en los países de América latina”. El funcionario afirmó que un mercado financiero expresado en moneda local, como en el caso de Brasil, permitirá una menor dependencia de los flujos externos de capitales y un mayor control de la política monetaria. “Los organismos multilaterales de crédito podrían acelerar ese proceso emitiendo en la moneda de los países emergentes”, insistió. A la fecha, la CAF realizó el 25 por ciento de sus emisiones en monedas de Perú, México y Colombia.

En los paneles, empresarios y economistas coincidieron en el análisis de la situación socio-económica de la Argentina y la región. El presidente de la CAF, Enrique García, resaltó el hecho de que el país “haya experimentado su mejor desempeño en los últimos 50 años, con solidez fiscal e incremento de sus reservas”. No obstante, con cierta sorna, se preguntó ante el centenar de presentes que lo escuchaban: “¿Será que los países de la región hemos hecho bien la tarea u otros la hicieron bien?”. La respuesta no se hizo esperar: “Ambos”. La región mantuvo un consistente “manejo macroeconómico”, mientras que el mundo mostraba una expansión de la demanda inédita. De todos modos, García alertó que “América latina sigue siendo vulnerable a los shock externos, debido a la poca diversidad de sus exportaciones”.

Respecto de la composición de la oferta exportable local, el secretario de Política Económica, Martín Abeles, apuntó contra las corporaciones agropecuarias. Abeles aseguró que “en muchas ocasiones, según los países y las circunstancias, han sido aquellos sectores más vinculados a la producción primaria quienes explican el grueso de las exportaciones y los que se han interpuesto en la posibilidad de diversificar la canasta exportadora”. El funcionario explicó que “una mala distribución del ingreso “no es independiente, o no es ajena, a la concentración en pocos sectores productivos”. Por eso, cuando se plantean temas relacionados a la renovación productiva y a la inclusión social aparecen “intereses fuertemente arraigados en la región”, explicó.

En esa misma línea, el director de la Cepal para Buenos Aires, Bernardo Kosacoff, dijo que se mantiene en los últimos 30 años “la misma participación de las exportaciones en el mundo”, y reconoció que “falta valor agregado” en esos productos. “La región participa poco y mal de las cadenas de valor mundiales, salvo algunas ensambladoras y maquilas”, agregó Kosacoff. El economista admitió que una política de tipo de cambio alto y salarios internacionalmente bajos son “condición necesaria, pero no suficiente para el desarrollo regional”.