La Unión Industrial Argentina colocó definitivamente al tipo de cambio en el eje de su ofensiva política, en el marco de la crisis económica internacional y el temor a las repercusiones internas. Mediante un comunicado difundido ayer, alertó sobre la gravedad de la situación cambiaria, que “está afectando notoriamente la competitividad de nuestro país”. La central fabril recalcó que, respecto del dólar, el real se ha depreciado cerca del 51 por ciento, el peso chileno en igual proporción, el peso mexicano el 36,7 por ciento y el euro, 25 por ciento. Devaluaciones que superan largamente la producida en Argentina en los últimos años, que aun respecto de su valor más bajo, el valor de la divisa no llegó a aumentar más del 9 por ciento.

“De no mediar un conjunto de acciones para amortiguar los impactos de la profundización de la crisis internacional, las consecuencias futuras serán graves no sólo para el nivel de actividad, sino fundamentalmente para las exportaciones y el nivel de empleo”, sostuvo la entidad que preside Juan Carlos Lascurain.

Ayer, el secretario adjunto de la CGT, Juan Belén, renovó su pedido a las empresas de que “se abstengan de despedir personal” en el marco de la actual crisis mundial y les recordó que “han ganado mucho dinero en los últimos cinco años”, como para no dar un margen de tolerancia antes de aplicar medidas de ajuste sobre sus planteles. “Estamos planteando al sector metalúrgico que se abstenga por 180 días de despedir gente”, indicó el dirigente gremial.

El martes por la noche, los dirigentes de la CGT, encabezados por el camionero Hugo Moyano, fueron recibidos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los gremialistas expresaron allí su preocupación por las amenazas de despidos y suspensiones con las que amenazan las patronales de diversos sectores, particularmente del sector automotor y de la construcción. Hasta el momento, la intervención del Gobierno, por intermedio del Ministerio de Trabajo, ha sido exigir a las empresas que apliquen el procedimiento preventivo de crisis, vigente y obligatorio, antes de resolver despidos o suspensiones masivos. Mediante este mecanismo, las firmas están obligadas a demostrar la situación de crisis y la necesidad de reducir personal para seguir en la actividad. En otros casos, directamente se les reclamó revertir las decisiones de despedir personal y buscar salidas alternativas, mediante acuerdo con las representaciones sindicales.

Sin embargo, ayer la UIA pintó un cuadro de extrema gravedad a partir del retraso cambiario. La central fabril condenó la política de contención del dólar que ahora practica el Banco Central, que está contrarrestando las presiones especulativas contra la moneda nacional. Después de varios años en que el papel de la autoridad monetaria fue sostener el dólar para que su valor no cayera, ahora está haciendo lo contrario para mantener el equilibrio. El sector manufacturero, favorecido por la anterior política, ahora exige tomar ventaja de la situación instando al gobierno a que acompañe la tendencia a la suba del dólar, que ya se observa en países vecinos.

La diferencia cambiaria se está haciendo particularmente notoria respecto de Brasil, cuya moneda, el real, sufrió una fuerte devaluación en las últimas semanas. Vale recordar que la moneda brasileña viene de una persistente revaluación (el dólar era cada vez más barato en Brasil) a lo largo de los últimos años, con lo cual la presente modificación de la paridad cambiaria, simplemente, le estaría devolviendo a la moneda brasileña su valor de años atrás. Argentina y Brasil, pese a que acaban de poner en vigencia un acuerdo de comercialización en monedas nacionales, no tiene una coordinación entre sus respectivas políticas monetaria y cambiaria.