ECONOMíA › EL ESTALLIDO DE LA CRISIS GRIEGA AMENAZA EL FUTURO DEL EURO Y LA DéBIL RECUPERACIóN DE LA ECONOMíA MUNDIAL

La cara oculta de la moneda común europea

El sur de Europa vuelve a generar pánico en los principales mercados del mundo. Qué puede esperar Argentina.

 Por Fernando Krakowiak

Cuando parecía que la situación económica internacional comenzaba lentamente a estabilizarse, el estallido de la crisis griega volvió a generar pánico en los principales mercados del mundo. Esta vez la réplica tuvo como epicentro el sur de Europa y amenaza con hacer desaparecer al euro. El huevo de la serpiente se encuentra en la dificultad para armonizar las diferencias entre los distintos socios que optaron por impulsar una moneda común. Qué puede esperar Argentina.

- ¿Por qué estalló la crisis en Grecia? Grecia adoptó el euro el 1º de enero de 2001 y a partir de entonces vivió un boom de consumo fomentado por la estabilización de los precios y el fácil acceso al crédito. Fue una bonanza ficticia que no respondió a una mejora en la productividad de su economía. Los principales ganadores del período fueron los bancos alemanes y franceses que financiaron el endeudamiento y las multinacionales de esos mismos países que ganaron participación en el mercado griego. Ambos procesos derivaron en un creciente déficit comercial y corriente. La adopción del euro implicó para Grecia una rigidez similar a la que enfrentó Argentina durante la convertibilidad, lo cual la forzó a resignar la política monetaria y cambiaria. Incluso fue más allá porque no “ató” su moneda a otra, sino que directamente eliminó la propia. El ingreso a la Eurozona fue como una dolarización. En ese contexto, cuando el déficit se volvió insostenible y las calificadoras le bajaron la nota a la deuda griega, haciendo imposible su acceso al mercado voluntario de crédito, el default quedó a la vuelta de la esquina y ahora sólo podrá evitarlo con la ayuda del resto de los países de la Eurozona.

- ¿En qué consiste el plan de rescate diseñado por Europa y el FMI? Los países de la Eurozona aprobaron el viernes un paquete de ayuda por 110.000 millones de euros destinado a Grecia. Alemania será el principal aportante con 22.000 millones. El plan está supeditado a la implementación de un durísimo plan de ajuste cuyo cumplimiento será monitoreado trimestralmente por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El primer desembolso se hará efectivo antes del próximo miércoles 19 de mayo, cuando Grecia debe afrontar un vencimiento de deuda por 8500 millones de euros. La deuda pública griega llega casi a 300.000 millones de euros, equivalente al 120,8 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). Para poder dar cuenta de la dimensión del problema, basta comparar con Argentina que en 2001 tenía una deuda equivalente al 53,8 por ciento de su PIB y declaró un default por 81.800 millones de dólares. Lo que se busca en este caso es evitar una quiebra que haría temblar a Europa, en especial a los bancos de las principales potencias de la Unión. Grecia le debe 57.000 millones de euros a la banca francesa y 34.000 millones a la alemana. El plan de rescate también se hizo pensando en ellos.

- ¿Qué medidas le exigen a cambio de esa ayuda? El Parlamento griego aprobó el jueves los lineamientos generales del plan de ajuste que el gobierno del socialista Giorgos Papandreu se comprometió a ejecutar a cambio de la ayuda europea y del FMI. El objetivo principal es reducir el déficit fiscal, que en 2009 llegó a 13,6 por ciento del PIB, a 8,1 este año y luego seguir achicándolo progresivamente hasta lograr un rojo de “sólo” 2,6 por ciento en 2014. El combo para alcanzar esa meta incluye un recorte de 30 mil millones de euros en los gastos de los próximos tres años y aumento de impuestos al consumo y las ganancias. Para achicar el gasto se prevé: 1) reducir 16 por ciento los salarios públicos mediante la eliminación de dos pagos extraordinarios (cobrarán 12 salarios en lugar de 14). Además, permanecerán congelados durante los próximos tres años; 2) eliminar dos pagos extras para los jubilados que cobran más de 2500 euros por mes y congelar los ingresos por tres años para toda la clase pasiva; 3) subir la edad jubilatoria a partir de su vinculación con un indicador que tomé en cuenta la esperanza de vida; 4) computar para la jubilación todos los años de la vida laboral, lo que también supondrá una remuneración menor; 5) aumentar gradualmente de 37 a 40 el número de años cotizados para recibir el ciento por ciento de ese haber; y 5) profundizar el proceso de privatización de empresas públicas. Por el lado de los ingresos, se prometió: 1) aumentar en IVA al 23 por ciento (en marzo ya se lo llevó del 19 al 21 por ciento); 2) subir 10 por ciento impuestos especiales al tabaco, el alcohol y los combustibles, y 3) crear nuevas tasas para gravar las ganancias empresarias y el consumo de productos de lujo. El paquete incluyó además una propuesta de reforma laboral que contempla rebajas en las indemnizaciones y eliminación de la cláusula que le prohíbe a las empresas despedir a más del 2 por ciento de sus empleados en un mes.

- ¿El gobierno griego puede garantizar el ajuste? Es la pregunta del millón. El miércoles pasado los sindicatos intentaron frenar la aprobación del plan de ajuste con una huelga general que paralizó al país. Además, cerca de 100 mil personas se manifestaron en las calles de Atenas. Si ese nivel de protestas se mantiene durante las próximas semanas, Papandreu podría verse obligado a renunciar y en ese caso la “solución” ortodoxa que proponen Bruselas y el FMI quedaría herida de muerte y a Grecia no le quedaría otra opción que formalizar el default y salir de la zona euro para recuperar competitividad con una nueva moneda más devaluada. De hecho, la primera ministra alemana, Angela Merkel afirmó el miércoles que “un buen europeo no es necesariamente el que ayuda rápido, sino quien está dispuesto a revisar los tratados para que la estabilidad de la zona euro no sufra daños”. Así dejó en claro que si Grecia no ajusta, a los líderes europeos no les temblará el pulso para marginarla de la unión monetaria.

- ¿Qué otros países de Europa se están viendo afectados? El temor de los inversores es que Grecia sea sólo la punta del iceberg. En la fila aparecen Portugal, Irlanda, Italia e incluso España. Portugal, por ejemplo, registró un déficit de 9,4 por ciento de su PIB el año pasado y ya se comprometió ante Bruselas a llevar adelante un plan de austeridad que incluye recortes en el gasto público y subas de impuestos para los sectores más ricos. Sin embargo, a fines de abril Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda portuguesa de “A+” a “A-” porque duda de que pueda cumplir con la meta de achicar su déficit a 2,8 por ciento en 2013. A España le ocurre algo similar. En 2009, su déficit fiscal llegó a 11,2 por ciento y los inversores desconfían de las promesas de llevarlo a 3 por ciento en 2013, sobre todo en un contexto donde la desocupación llega al 20 por ciento y la economía permanece estancada. Por ese motivo Standard & Poor’s le bajó la nota de “AA+” a “AA”. La calificación sigue siendo buena, pero la obtención de crédito se encarece. La semana pasada el Tesoro español colocó deuda a cinco años por 2345 millones de euros y tuvo que ofrecer 3,58 por ciento, cuando en abril la tasa había sido de 2,84. En los bonos a dos años está ofreciendo un 2,9 por ciento, mientras que Alemania paga sólo 0,5 por ciento anual.

- ¿El euro puede desaparecer? Si la crisis queda circunscripta a Grecia y el ajuste fracasa, lo más probable es que sean los griegos los que se queden sin el euro, pero si la amenaza del default se extiende a España, Portugal, Italia e Irlanda, la moneda común comenzaría a peligrar. Para despejar esos fantasmas, los líderes de los 16 países de la Eurozona acordaron el viernes la creación de un fondo que tendrá por objetivo defender la moneda común. “Los especuladores deben saber que van a apostar a perdedor. El lunes, a la apertura de los mercados, Europa estará lista para defender el euro”, aseguró el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al finalizar la cumbre en Bruselas. De hecho, los ministros de Finanzas de la Eurozona se reunirán hoy para instrumentar un mecanismo de estabilización financiera que sirva para preservar la moneda.

- ¿Qué incidencia puede tener la crisis sobre la economía argentina? Argentina permanece al margen del mercado voluntario de crédito desde hace ya varios años. Por lo tanto, la crisis europea impactará sólo a través de los flujos comerciales. Por ahora, la principal preocupación surge por la pérdida de competitividad del peso frente al euro y el real, lo cual podría ocasionar una caída de ingresos por exportaciones, sobre todo si el euro se sigue debilitando y el dólar se fortalece como reserva de valor. No obstante, el riesgo principal es que la crisis, ahora focalizada en el sur de Europa, se generalice e impacte en el precio de los commodities a partir de una menor demanda de clientes relevantes para Argentina como China o India.

- ¿Y sobre el canje de la deuda? La crisis financiera impactó en el precio de los bonos y eso hizo que la oferta argentina se tornara menos atractiva. Por ejemplo, para los inversores institucionales el valor del paquete (compuesto por bonos Discount y cupones atados al PIB) tenía el 15 de abril un valor presente de 50,9 por cada 100 dólares en default y ahora se ubica cerca de 45 dólares. Además, la suba de la tasa de interés de los bonos complica la posibilidad de que se puedan tomar 1000 millones de dólares de fondos frescos a 9,5 por ciento, tal como se había acordado con los bancos Citi, Deutsche y Barclays, que acercaron la propuesta. Sin embargo, en Economía creen que la crisis le podría generar a la operación un beneficio inesperado. En momentos de mucha incertidumbre los inversores prefieren recuperar liquidez y para ello siempre es más facil vender un bono que no está en default.

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El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, fue el centro de todas las miradas en la cumbre de la Eurozona que se realizó el viernes en Bruselas.
Imagen: AFP
 
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