Domingo, 17 de noviembre de 2013 | Hoy
ECONOMíA › ADELANTO EXCLUSIVO EN FEBRERO SE CONOCERA LA PRIMERA CIFRA MENSUAL DEL NUEVO INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR
La variación de precios de enero 2014 respecto de diciembre de 2013 se difundirá a mediados de febrero. Será el Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPC-Nu), que reemplazará al actual IPC-GBA. En la elaboración del indicador hubo colaboración técnica del FMI con el Indec.
Por Javier Lewkowicz
El Gobierno prevé difundir públicamente a mediados de febrero el primer informe del Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPC-Nu), con la variación que se registre en todo el país en enero con respecto a diciembre. Si bien todavía no hay resultados de las primeras pruebas de la nueva medición, en la cartera económica estiman que la variación del índice será mayor a la que muestra el IPC-GBA. La explicación que dan es que las políticas de subsidios y de control de precios tienen más presencia y efectividad en el área metropolitana que en el resto del país. El trabajo metodológico del nuevo índice se realizó en un marco de colaboración técnica entre el Indec y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estuvo presente en cada detalle. Esa cooperación, dicen en el Indec, resultó satisfactoria, aunque la moción de censura que rige sobre las estadísticas públicas desde febrero de este año no se levantará hasta que el nuevo índice se consolide en la práctica.
El IPC-Nu es una respuesta del Gobierno ante el problema de credibilidad que tiene el actual IPC-GBA. La información que propicia este último indicador no es utilizada como insumo por los gremios para pedir suba de salarios ni por los empresarios a la hora de ofrecer aumentos. Tampoco guarda relación con la variación a precios corrientes que muestran las ventas ni con las tasas de interés de los bancos. Y ni jubilaciones, salario mínimo y asignaciones familiares ajustan en función de otros cálculos.
Luego de una serie de advertencias, el FMI aplicó a las estadísticas públicas argentinas una moción de censura a comienzos de año. La jugada no deja de ser política: el gobierno nacional ha sido un fuerte crítico de las fatídicas recetas de ajuste del organismo y rechaza, después de haber cancelado la deuda con el Fondo en 2006, la revisión de las cuentas públicas que prevé el Artículo IV. Pero la necesidad que tiene el Gobierno de ordenar el escenario externo para activar líneas de crédito que mejoren el ingreso de divisas acercó posiciones con el organismo.
El año próximo arrancará con el nuevo índice de precios. El estreno será probablemente el 15 de febrero, cuando el Indec publique la variación de enero en relación a diciembre. Si bien las pruebas todavía no están cerradas, ante la incógnita central de cómo puede dar el nuevo índice, en la cartera económica dicen que es esperable que se ubique por encima del IPC-GBA. La explicación es que la política de subsidios y de acuerdo de precios que lleva a cabo el Gobierno tiene más presencia y efectividad en el área metropolitana que en el resto del país. El cambio en el IPC tendrá un efecto mínimo en el PBI, ya que solo el 3 por ciento de la variación del Producto requiere la medición de precios. La nueva serie de IPC arrancará en 2014 y no revisará datos previos.
El índice consistirá en un solo número para todo el país. Tendrá, como el IPC-GBA, una desagregación por tipo de producto y servicio. Para llegar al valor general, el Indec trabaja con seis canastas regionales, cuyos valores no serán publicados. “El índice tiene que ser uno solo, no va a haber datos regionales para que no se presten a la confusión”, explicó a este diario el director técnico del Indec, Norberto Itzcovich.
Las seis canastas regionales tienen cada una 520 variedades entre productos y servicios, de las cuales 478 son comunes y el resto cambia en función de las particularidades de consumo de cada región. Las canastas son Noroeste, Noreste, Cuyo, Pampeana, Gran Buenos Aires y Patagonia.
La canasta del Gran Buenos Aires tendrá poco y nada que ver con el IPC-GBA. En primer lugar, el índice actual tiene 440 variedades que había definido la encuesta de 2005, mientras que el nuevo tendrá 520 variedades en función de la encuesta de gastos (Engho) del año pasado. Además, la canasta GBA del IPC-Nu va a medir precios en más localidades, gracias a la información del censo 2010, y lo hará en nuevos comercios, porque actualizará la base de datos que correspondía al censo económico de 1994. Los precios promedio, igual que como sucede ahora, no serán publicados.
El Indec y el FMI establecieron un cronograma de trabajo a comienzos de 2012. El primer paso fue llevar adelante la Encuesta Nacional de Gastos de Hogares (Engho) en 37 mil hogares, con el objetivo de detectar pautas de consumo en la población de todo el país. Ese dispositivo comenzó en marzo de 2012 y finalizó un año después. En abril se obtuvieron los primeros resultados de gasto, que se cerraron en junio, y después apareció la información sobre los ingresos de los hogares. Luego comenzaron las discusiones sobre qué precios tomar y cómo hacerlo. “Los técnicos del FMI estuvieron en todos los detalles metodológicos de la confección del IPC-Nu. Quedaron conformes porque las cosas se hicieron como sugiere el manual de índice de precios del propio organismo”, explicó Itzcovich.
Algunos ejemplos. El Fondo no estaba de acuerdo con la forma de medir precios en productos con estacionalidad, como varias frutas y verduras. El Indec establecía un peso determinado para el rubro frutas y verduras en la canasta total, y hacia el interior del rubro los productos estaban sujetos a una canasta variable. Allí, la ponderación aumenta para un bien en la época donde hay buena oferta y a buen precio (bajo el supuesto de que el consumo aumenta en función de las buenas condiciones de mercado), mientras que la ponderación baja (y puede llegar a ser cero) cuando el bien escasea y su precio sube en forma pronunciada.
El Fondo logró que fuera adoptado un esquema distinto. En el IPC-Nu la ponderación no cambia. Si se consigue menos del 20 por ciento de los precios, se desestiman y al producto se le imputa el valor del rubro. Con un 20 y un 40 por ciento de los precios, los precios encontrados se tienen en cuenta y el resto se imputa con el rubro. Y si se consigue más de la mitad, se imputan todos los precios según los encontrados. Con una puntillosidad similar, el Fondo cuestionó el tratamiento de los valores extremos, que aparecen cuando un precio se sale de la media.
El FMI pidió explicaciones también acerca de los lugares elegidos para tomar precios. Se decidió relevar todas las capitales de provincia y, en algunos casos, ir a una segunda y hasta a una tercera ciudad. En Salta, por ejemplo, el Indec tomará precios en la ciudad de Salta y en Orán; en Santa Fe, ciudad de Santa Fe, Rosario y Rafaela; Córdoba, ciudad de Córdoba, Villa María y Río Cuarto, y en San Juan, sólo en la capital. El Fondo también indagó sobre el criterio de selección de los locales donde se tomarán precios y de las variedades elegidas en el nuevo índice.
Hasta ahora, la buena sintonía metodológica se reflejó en las declaraciones del vocero del FMI, Gerry Rice. El miércoles pasado adelantó que el directorio del Fondo tratará el 9 de diciembre la propuesta del nuevo índice de precios al consumidor. El informe sobre los progresos del país que recibió el directorio fue elaborado por el director del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, quien recalcó el “diálogo constructivo” entre la Argentina y el FMI para avanzar en la elaboración del nuevo indicador de precios. De todos modos, la definición final sobre la moción de censura llegará luego de que se difundan los datos del Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano.
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