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“¿Por qué las grandes potencias no tienen una actitud firme contra grupos minúsculos? Pareciera que están cooptados por los grupos financieros y por fondos buitre que efectivamente condicionan su actitud, voluntad y expresiones”, advirtió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Con esa afirmación, el funcionario replicó las polémicas declaraciones del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, utilizadas como principal insumo de una solicitada publicada ayer en los medios por un lobby buitre. “Un ejemplo de falta de solidez”, fue la declaración del funcionario germano que reprodujo la American Task Force Argentina (ATFA). “Independientemente de que existen muchas y buenas inversiones de empresas alemanas que forman parte de una tradición, nosotros observamos que la posición del ministro y su gobierno ha sido hostil hacia la Argentina”, lamentó Capitanich durante su habitual conferencia de prensa matutina en la Casa de Gobierno.

La fecha elegida para la publicación de la nueva solicitada del grupo de tareas financiado por el fondo NML Capital, de Paul Singer, no fue casual. El texto coincidió con el discurso de CFK ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ver página 3). “Argentina ha vivido durante décadas por encima de sus posibilidades, no paga sus deudas y está por eso casi aislada del tráfico internacional de pagos”, afirmó Schäuble durante una entrevista a fines de agosto que ayer difundió el lobby buitre a página completa en diarios argentinos como La Nación y Clarín.

“Alemania ha tenido una actitud hostil desde el punto de vista económico y financiero con la Argentina”, lamentó el jefe de ministros ante la consulta de los medios acreditados. “Nosotros creíamos necesario que, en la nueva arquitectura financiera internacional, los países desarrollados tuvieran que cooperar para crear un proceso de reestructuración soberana de deuda, para dejar de lado la especulación y promover un sistema virtuoso de interrelación entre el comercio, las inversiones y la expansión económica, para llegar a sociedades más justas equitativas y equilibradas”, indicó Capitanich al referirse a la necesidad de crear un marco jurídico que recibió, a proposición del país, la adhesión de 124 naciones, 41 abstenciones y sólo 11 rechazos, entre ellos los de Alemania y Estados Unidos.

Para Capitanich, el funcionario germano “se olvida de que Argentina, luego de trece años, normalizó la situación con el Club de París, canceló el primer pago de 642 millones de dólares y tiene el compromiso de cancelar el segundo en mayo del año próximo”. Insistió en que “es necesario decirle al ministro alemán que el origen de la deuda con el Club de París se inició en 1956, durante una dictadura, que generó un círculo perverso con 700 millones de dólares para financiamiento del comercio exterior”.