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Hace unos días, la Presidenta se refirió a un informe del Banco Mundial sobre el empleo y los jóvenes. Este documento ubica a la Argentina como el país de mejor desempeño en los últimos 12 años respecto de la reducción del desempleo juvenil. Una reducción de casi un 60 por ciento en un conjunto de 32 países, entre los cuales están incluidos todos los que conforman el G-20. Esto se logró con el trabajo de todos, pero sobre todo porque los gobiernos de Néstor y Cristina pusieron al empleo y a la juventud en el centro de las políticas públicas.

Hoy estamos en presencia de un nuevo ataque mediático. Una vez más, distorsionando la información. Y ante este nuevo uso malintencionado de estadísticas e informes de consultoras privadas, la mención que hace la Presidenta refuerza lo necesario de analizar el proceso y no la coyuntura descontextualizada. Y, además, de dejar en claro que hay políticas públicas que no son noticia para ciertos medios pero que son de suma relevancia para todos los ciudadanos argentinos.

En primer lugar, y como contexto necesario, debemos recordar que a partir de 1992 los jóvenes argentinos sufrieron un aumento constante del nivel de desocupación. Que alcanzó el 37,8 por ciento en mayo de 2002. Debemos remarcar también que durante 13 años la tasa de desempleo juvenil estuvo por encima del 20 por ciento. Esto se comenzó a revertir a partir del 2003. Desde entonces se duplicó la cantidad de puestos de trabajo ocupados por jóvenes. Y la tasa de empleo no registrado en esta población se redujo un 14 por ciento. Miles y miles de jóvenes se han sumado en esta década al mercado laboral y han sido incluidos a través del trabajo.

El Ministerio de Trabajo ha fomentado y acompañado este proceso desde un comienzo. Como un engranaje de la transformación social que propiciaron las políticas económicas y sociales del kirchnerismo, ha pasado de un esquema que priorizaba la transferencia de ingresos a un sistema basado en la mejora de las condiciones de acceso al mercado de trabajo. Por eso, y pensando particularmente en el sector juvenil, en 2008 se creó el Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo. Desde entonces han adherido al mismo cerca de 700.000 jóvenes. En talleres de orientación e inducción al mundo del trabajo. Con asistencia a la búsqueda de empleo y apoyo a la inserción laboral. Con prácticas calificantes en ambientes de trabajo, cursos de formación profesional y generación de emprendimientos independientes, entre otras acciones.

Los resultados del Programa han sido muy satisfactorios. Un informe reciente coordinado por especialistas de la Cepal y la OIT sostiene que el 35 por ciento de los participantes se insertó laboralmente en los primeros 12 meses posteriores a su última participación en el mismo. Los medios y los “especialistas” casi no registraron este avance.

En 2014 se sumó el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina Progresar, el que se articula entre distintas carteras del gobierno nacional. Casi un millón de jóvenes han solicitado este nuevo derecho a lo largo del año. Esta iniciativa produjo un aumento drástico de jóvenes vinculados con las políticas activas de empleo que lleva adelante este ministerio. Durante el primer semestre del año, el 62,4 por ciento de los trabajadores capacitados por la Secretaría de Empleo fueron menores de 25 años. La mitad de ellos se formaron en metalurgia, metalmecánica, construcción, software, turismo y gastronomía. Las cinco áreas que hemos definido como estratégicas para la producción y el trabajo argentino.

El 25 de mayo de 2003 se fijó una política: recuperar la centralidad que el trabajo nunca debió haber perdido. Y hemos sido coherentes. Por eso primero apostamos al crecimiento y a la mejora del empleo. Y después capacitamos a más de dos millones y medio de argentinos. Un proceso que implica más y mejor trabajo y mayores niveles de competitividad para la producción. Por eso hemos propiciado la ampliación de la Red de Servicios de Empleo con una treintena de Gerencias de Empleo y unas setecientas Oficinas de Empleo Municipales en todo el país. Por eso apoyamos a los microemprendedores, las empresas recuperadas y los entramados productivos. Los argentinos hemos recuperado la dignidad del trabajo. Y, más que nunca, todos debemos estar atentos para defenderlo.

* Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.