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@p>Pese a los esfuerzos del gobierno por convencer a la población de que la inflación no es un problema, mediciones privadas reflejaron altos y persistentes aumentos de precios en agosto. De acuerdo con el relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), el mes pasado la suba en los supermercados fue de 2,1 por ciento contra julio previo para el nivel general, y alcanzó al 5,6 por ciento para la canasta básica alimentaria. Para la asociación Consumidores Libres, que elabora también un índice compuesto por 38 artículos de primera necesidad, la suba fue de 1,95 por ciento en agosto y el acumulado arrojó una aumento de 28,21. Se trata de un mes en el que los funcionarios habían puesto el foco como un punto de inflexión y el inicio de una tendencia declinante de precios.

Ayer distintos funcionarios volvieron a referirse al tema. En un encuentro organizado por el instituto empresario IDEA que se desarrolló en Rosario, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, aseguró que “la inflación ha tomado una tendencia a la baja muy importante y junto con un Brasil que ha dejado de caer tendremos un cuarto trimestre esperanzador”. En ese mismo encuentro, el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, dijo que “agosto será el mes con una de las inflaciones más bajas de los últimos 10 años. Una tasa alta es una restricción para la inversión”. El precursor de este tipo de declaraciones fue el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, quien aseguró que “la inflación ya no es un tema”, lo que despertó críticas de distintos sectores.

La apuesta del gobierno es mostrar un agosto con una inflación menor a la de los meses previos, a partir de la desactivación de los tarifazos que dispuso la Corte Suprema. El impacto de la sentencia judicial, sumada a la recesión económica, colaborará en mostrar una menor cifra general, al menos hasta que se defina en las audiencias públicas el nivel de aumentos de las tarifas de esos servicios, que el gobierno dejó trascender que podría tener un techo cercano al 300 por ciento. No obstante, más allá del impacto de la energía en la medición, los incrementos siguen siendo altos.

La suba de precios en supermercados de agosto fue de 2,1 por ciento y a nivel anualizado asciende al 43 por ciento, según el informe del CESO. Los mayores incrementos mensuales se registraron en los rubros Marroquinería, con un alza de 15 por ciento, seguido por Muebles (11,8), Gastronomía (9,7), Panificados (9,1) y Carnicería (6,2). Al considerar la canasta básica alimentaria, que mide el costo de vida para no ser indigente, a los valores de la última semana de agosto se ubicó en 2033 para un adulto y 6282 para una familia tipo de cuatro integrantes. Estos valores representaron un aumento mensual de 5,6 por ciento y un alza anual del 47,9 por ciento. Los productos con mayores subas fueron carnes, con el 18 por ciento, papa (17) y galletitas dulces (11,3). Entre las bajas se encuentran los quesos (-22,3 por ciento), las legumbres secas (-6,5) y leches (-4,2). En el período diciembre-agosto la suba de la canasta fue de 31,5 por ciento.

Cifras cercanas arrojó el relevamiento de Consumidores Libres, que conduce Héctor Polino. El informe de la asociación destaca que la canasta de productos que releva en grandes centros de abastecimientos porteños registró en agosto un aumento del 1,95 por ciento. En igual mes de 2015 la suba había sido de 1,53 por ciento. Dentro de la canasta, los productos que registraron mayores subas fueron la naranja, con un alza de 23,2 por ciento; manteca SanCor de 200 gramos, 14,9 por ciento; agua sin gas Villavicencio de 1,5 litros, 9,4 por ciento; jabón en polvo Ace 800 gramos, 8,0 por ciento; café La Morenita por un cuarto kilo, 7,8 por ciento; salchichas PatyViena de seis unidades, 6,6 por ciento; y el kilo de falda, 5,9 por ciento.