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Mes a mes, la inflación amaga con pegar un salto, que después queda en la nada. El consenso entre los economistas de la city era esta vez que el Indice de Precios al Consumidor subiría entre 0,5 por ciento y 0,8 por ciento. Sin embargo, en agosto el aumento volvió a ser mucho más moderado: apenas 0,3 por ciento. En lo que va del año, los precios minoristas crecieron 4,1 puntos. El dato más significativo del informe que presentó ayer el Indec es que el rubro Alimentos y Bebidas fue el que más subió. Eso permite anticipar que el valor de la canasta básica alimentaria, que traza la línea entre pobres e indigentes, trepó 1,7 por ciento respecto del mes anterior.
El organismo oficial de estadísticas divulgó también los resultados de los Precios Mayoristas y del Costo de la Construcción. En el primer caso, se registró un aumento del 2,5 por ciento, que encuentra explicación en la disparada del precio del petróleo crudo y el gas. Ese rubro escaló un 15,7 por ciento el mes pasado. No obstante, el impacto sobre los consumidores estuvo muy lejos de esa magnitud, dado que las refinadoras terminaron por absorber la mayor parte. El Gobierno, a su vez, elevó las retenciones para evitar un fuerte ajuste en los precios de surtidor.
En cuanto a los precios en la construcción, se siguen mostrando como los más activos. En agosto crecieron 0,6 por ciento, producto del aumento de 0,9 por ciento en el rubro materiales, 0,2 en mano de obra y 0,1 en gastos generales. En los últimos doce meses, el aumento llegó a 15,0 por ciento, como resultado de incrementos del 15,2 por ciento en materiales, 15,9 en mano de obra y 9,0 en gastos generales. Finalmente, contra diciembre, el aumento es de 9,7 por ciento.
Roberto Lavagna anticipó esta semana que para 2005 proyecta una inflación minorista de entre 7 por ciento y 10,5 por ciento. La pauta para este año era de entre 9 y 11. Su estimación también parece haber sido demasiado pesimista, dado que el IPC registra un aumento de 5,3 por ciento entre agosto e igual mes de 2003. En la comparación interanual tomando como referencia julio, la inflación era de 4,9 por ciento.
El mes pasado, el rubro que más subió fue alimentos y bebidas, con 1,2 por ciento. El mayor problema fue la cebolla, con un salto de 271,6 por ciento respecto a los valores de agosto del año pasado, y del 97,6 contra julio. El ranking de productos de la alimentación con mayores ajustes interanuales sigue con tomate redondo (97,7), zapallito (87,5), lechuga (31,8), yerba mate (25,8) y zanahoria (16,5).
La evolución de los precios de los alimentos afecta a los sectores de menores ingresos. Aunque el IPC se haya movido sólo 0,3 por ciento, el Indec adelantó que “el valor de la canasta básica alimentaria aumentaría 1,7 por ciento respecto al mes anterior”. Equipamiento y mantenimiento del hogar y esparcimiento treparon 0,6 por ciento contra julio. Luego siguen atención médica y gastos para la salud y transporte y comunicaciones con 0,4 por ciento, y vivienda y servicios básicos 0,2 por ciento.