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El Gobierno intentará cerrar en las próximas horas nuevos acuerdos para rebajar precios. La gestión más trascendente para los consumidores es con las cámaras de laboratorios medicinales. El Ministerio de Salud acompaña al de Economía en las negociaciones con ese sector, que a lo largo del año ha producido fuertes aumentos. El objetivo es que las principales empresas se comprometan a una baja relevante en remedios de alto consumo. Pero la estrategia heterodoxa para pasar el verano con una inflación controlada se extenderá a otros rubros. Uno de ellos son los cosméticos y artículos de tocador, mientras que entre los productores de insumos básicos se sumará a Aluar, con el aluminio; a Techint, con el acero, y a las cinco grandes compañías petroquímicas. Todos ellos proveen materias primas para envases de alimentos.
“Los acuerdos estarán listos antes del fin de semana”, aseveró a Página/12 un encumbrado funcionario de la Casa Rosada, quien manifestó que “seguiremos negociando con dureza con los empresarios”. La información en el Palacio de Hacienda era coincidente y anoche no descartaban que los anuncios se formulen hoy mismo, apenas unas horas después de la llegada de Felisa Miceli desde España.
Las conversaciones con los laboratorios llevan ya varios días. Para el Gobierno es importante incorporar a este sector, que a lo largo del año contribuyó bastante a generar una sensación de aumentos de precios permanente. De acuerdo con un estudio de la asociación de consumidores Deuco, desde enero a noviembre se produjeron subas en el 50 por ciento de las presentaciones de remedios, unas 8000, que oscilaron entre el 30 y el 50 por ciento. Los fabricantes escalonaron los incrementos mes tras mes, una empresa tras otra. En lo que va de diciembre se registraron nuevos ajustes en otro 15 por ciento de la oferta de medicamentos.
Una baja importante a estos productos le serviría al Gobierno para revertir la sensación amarga que dejaron las gestiones con la industria de la carne. Respecto de este punto, sin embargo, en el Ejecutivo porfían que el resultado fue positivo y que el público lo comprobará en pocas semanas. Destacan que el aumento de la oferta en Liniers ya produjo caídas de precios en ese mercado, que pronto se trasladarán a los mostradores.
El plan oficial fue “pedir colaboración”, de acuerdo con la expresión de uno de los empresarios involucrados en las negociaciones, a las compañías más grandes de distintos sectores de consumo masivo. Empezó con los supermercados y las empresas alimenticias, y en la nueva tanda figuran, además de los laboratorios, los fabricantes de artículos de tocador y perfumería. Unilever y Procter & Gamble dominan el 90 por ciento de ese mercado. Como en el caso de las productoras de alimentos, Economía les pidió que compartan con los comercializadores minoristas el esfuerzo para rebajar los precios.
En verdad, esa solicitud fue planteada inicialmente por las grandes cadenas de supermercados y el Gobierno accedió a retransmitirla. No sólo eso, Miceli busca involucrar en los acuerdos a los principales formadores de precios de los distintos sectores. Por eso está yendo hacia arriba en las cadenas de producción. El primer eslabón son los proveedores de insumos difundidos, a los que también se convocó para negociar. Según fuentes empresarias, todavía se necesitarán algunos días para alcanzar un entendimiento. Sin embargo, en el Gobierno sostienen que se daría entre hoy y mañana.
Las empresas involucradas son las grandes responsables del costo del packaging para alimentos. La cámara de compañías alimenticias (Copal) les planteó a Néstor Kirchner y a Miceli que es esencial lograr una baja en el precio del aluminio, el acero y los insumos petroquímicos para envases plásticos para poder sostener sus rebajas. El Gobierno convocó a Aluar, Techint y a las cinco grandes petroquímicas –Dow Chemical, Petroquímica Cuyo, Petroquímica Bahía Blanca, Petrobras y Solva Indupa– para que se involucren en la política contra la inflación. “Las alternativas que teníamos eran aplicar precios máximos o enfriar la economía. Nosotros tomamos el camino intermedio” para controlar los precios, dijeron en la Casa Rosada.