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Irán quedó en medio de una nueva tormenta diplomática después de que su presidente de línea dura, Mahmoud Ahmadinejad, reiteró su opinión de que el Holocausto era un “mito”. En un discurso televisado ayer, el conservador populista también repitió el pedido que había hecho la semana pasada para que Israel fuera mudado a Europa. El discurso provocó una nueva ronda de reacción indignada en todo el mundo y una nueva advertencia desde Estados Unidos de que a Irán no se le debiera permitir desarrollar un arma nuclear. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, sugirió en un lenguaje diplomático inusualmente fuerte que los iraníes deberían conseguirse otro presidente. Israel, como antes, replicó que su Estado tiene los medios para defenderse.
Ahmadinejad le dijo a miles de personas en Zahedan, en el sudeste de Irán: “Han fabricado una leyenda bajo el nombre ‘masacre de judíos’ y lo tienen más alto que a Dios mismo, la religión misma y a los profetas mismos”. Hace sólo dos meses, nuevamente en comentarios en televisión, dijo que se debía “barrer del mapa” a Israel. Los comentarios llegaron en un momento delicado para las negociaciones de Irán con Europa, que está intentando frenar las ambiciones nucleares de Teherán. Evitó una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU en noviembre, pero la presión de Estados Unidos y la UE todavía es intensa. En Londres, un diplomático occidental dijo que las declaraciones de Ahmadinejad “añaden a la percepción general de que es un caso de locura”.
“Esto lo hará más difícil para que Irán obtenga confianza de la comunidad internacional sobre su programa nuclear”, dijo Mohammed Atranfar, fundador del diario reformista Sharq, de Irán, y un buen aliado del ex presidente Akbar Hashemi Rafsanhani. “Pero lo que dice proviene de su pensamiento personal y no de la posición del Estado.” No resulta claro todavía si los comentarios que buscan la confrontación con Israel fueron hechos con la bendición de otras altas figuras, como el líder supremo ayatola Ali Jamenei. En los últimos años los más altos oficiales evitaron los comentarios incendiarios sobre Israel y adoptaron un tono más diplomático. “El líder supremo no apoyó abiertamente estos comentarios, ni siquiera se refirió a ellos”, dijo un analista con base en Teherán que no quiso dar su nombre.
Interrogados en un suburbio de Teherán, los iraníes expresaron su apoyo a los palestinos, pero dijeron que el presidente debiera concentrarse en temas internos. “¿Qué se puede lograr con comentarios como este?”, preguntó Mohammed Karini. “Tenemos problemas sociales, una economía pobre, corrupción y una tasa alta de inflación. Debiéramos concentrarnos en esos temas en lugar de provocar crisis extranjeras.”
No quedaba claro anoche si el exabrupto del líder iraní afectaría los planes de Gran Bretaña, Francia y Alemania para reanudar las negociaciones con Irán en las próximas semanas sobre su sospechado programa nuclear, que los iraníes insisten en que es con fines pacíficos. El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, dijo en Berlín que los comentarios de Ahmadinejad eran “shoqueantes”. “No puedo negar que pueden pesar en lo que se decida para el así llamado dossier nuclear”, dijo.
Pero el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, fue más allá. “Esto demuestra la naturaleza del régimen. Con el gran respeto que tengo por ese país, esa gente, la gran historia de ese país, digo que no tienen el presidente o el régimen que se merecen”, dijo en Bruselas. “Esas declaraciones son absolutamente inaceptables y es realmente shoqueante que un jefe de Estado que tiene una banca en la ONU pueda decir tal cosa. Exige nuestra atención al peligro real que significa que ese régimen tenga una bomba atómica.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère